REFLEXIÓN SOBRE LAS COMPETENCIAS BÁSICAS

MANUELA MATAS
Área de conocimiento
Contexto educativo
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Es bien cierto, como señalan Javier Valle y Jesús Manso en su artículo, que el profesorado de España se siente hastiado de continuos cambios educativos y propuestas metodológicas superpuestas e impuestas. Las diferentes Autoridades educativas no logran conectar con los agentes  implicados, profesores y profesoras, que son los auténticos motores del cambio.  Sin embargo, en el caso de la competencias clave, estamos hablando de una propuesta que transciende nuestras fronteras, un cambio metodológico y de enfoque educativo que sabemos se lleva implementando años en otros países y que, además, produce buenos resultados de aprendizaje; una directriz de la Unión europea que, desde 2004, viene produciendo documentación e investigación sobre el tema-

Una  idea fundamental para entender el enfoque competencias es el concepto de aprendizaje permanente, la vinculación del aprendizaje en la escuela con el mudo que nos rodea y la necesidad de conectar los conocimientos a las necesidades de una sociedad cambiante. También en este caso, los profesionales de la enseñanza tenemos reticencias y objeciones puesto que,  a veces, nos puede parecer un enfoque mercantilista, aprender para la empresa, los mercados, algo con lo que muchos no estamos de acuerdo.

Asimismo, el recorrido por las competencias clave resulta un buen punto de partida para reflexionar sobre por qué estas y no otras, para entender la relación entre lo que sabemos hacer y lo que aprendemos, entre el conocimiento pasivo y activo, entre el conocer y poner en práctica.  Evidentemente, pocos docentes o ninguno defendería a estas alturas el aprendizaje transmisivo, las clases en las que el alumnado escucha y el profesor o profesora imparte lecciones magistrales, pero resulta cuanto menos curioso cómo pocos aun integran en sus clases tareas y metodologías par un aprendizaje significativo, vinculado  a futuros aprendizajes, a situaciones de la vida real.  No es fácil hacerlo cuando los exámenes de Selectividad no han cambiado, cuando los currículos son obsoletos o cuando se tienen 35 alumnos y alumnas en una clase.   El artículo no habla de esto.

Desde mi punto de vista, este artículo es pues un interesante marco teórico que, no obstante, nunca desciende a ejemplos  prácticos. Incluso sus conclusiones y recomendaciones son, en cierta manera, generalidades con las que difícilmente podríamos disentir.  Echo en falta una aproximación a los currículos, a los elementos que deben formar parte de ellos y a su papel fundamental en ese cambio necesario.  Referirse a la necesidad de comunicar y transmitir bien desde la Administración educativa es claramente insuficiente.  Resulta evidente, como ellos mismos reconocen, que esto no se ha sabido o no se ha querido hacer pero, admitida la falta sin aportar soluciones incide en esa no transmisión efectiva. 

Para concluir, en mi opinión, se nos ofrece una visión general y resumida de la historia de las competencias clave pero no se apuntan soluciones reales ni ideas novedosas, aunque se resaltan los retos pendientes lo que, de alguna manera, no es poco.