El aprendizaje basado en competencias, así como las propias competencias claves, están siendo consideradas por toda la comunidad educativa como un cambio más dentro de nuestro sistema educativo. El sistema político que estamos teniendo en los últimos años nos está acostumbrando a tantos cambios en la educación que finalmente uno se llega a pensar que son meros caprichos de los diferentes partidos. Pero ¿realmente se piensa en los alumnos cuando se crean dichos cambios?

Ahora el nuevo enfoque se centra en la competencias clave, las cuales han surgido por las nuevas demandas educativas de la propia sociedad contemporánea. Los jóvenes necesitan una amplia gama de competencias para su desarrollo personal y profesional en una sociedad globalizada, diversa y en continuo cambio. Desde luego la escuela, en la cual estamos inmersos a día de hoy, está muy alejada de esta realidad, entendiéndose los centros como un espacio muy separado de lo que ocurre en el mundo exterior, del propio día a día. Los jóvenes siguen aprendiendo como lo hacíamos nosotros, nuestros padres o nuestros abuelos.

Así pues, tenemos que llevar a cabo esa realidad de las competencias rompiendo la idea de tratar a los alumnos como meros contenedores de información. Tendríamos que acabar con los paradigmas tradicionales basados principalmente en contenidos, los cuales de una forma o de otra se les acaban olvidando ya que no se ha aprendido de una forma significativa, de una manera práctica. En definitiva, debemos acercar la escuela a la realidad laboral para que los alumnos comprendan como funciona el mundo, que puedan aplicar los contenidos a su futuro a través de todas sus habilidades y destrezas.

En cuanto a la asignatura de matemáticas, ¿para qué enseñar la proporcionalidad o la geométrica o cualquiera de las unidades si el alumno no ve una relación directa con la realidad? Enseñar a un alumno a comprender lo que está aprendiendo, desarrollar sus pensamientos, expresarlos, interpretar los datos, relacionarlos con su día a día, le permitirá llegar al conocimiento de forma autónoma, construyéndolo por el mismo.

Estamos cansados de escuchar a nuestros alumnos repetir la misma pregunta una y otra vez, ¿para qué sirve estudiarnos esta fórmula? Esta pregunta nos debería hacer pensar en la enseñanza que estamos impartiendo y reflexionar sobre la necesidad de desarrollar las competencias, cada una de ellas. Así en el área que me incumbe, matemática, tan importante es la competencia matemática, como la lingüística para comprender un problema, la cultural ya que las matemáticas se encuentran en todo lo que nos rodea, la competencial social de manera que puedan interactuar unos con otros, el sentido de la iniciativa para desarrollar la autonomía a la hora de resolver enigmas, aprender a aprender o incluso la digital.

Continuando con esta última competencia, debemos aprovechar los que nos ofrece la era en la cual estamos inmersos, ya que toda la información que contienen los libros, las cuales se les hace aprender a los alumnos, se pueden encontrar digitalmente en cuestión de minutos, simplemente debemos de enseñarles cómo, cuando y en qué momento utilizar internet para ello.

Para terminar, realmente pienso que los contenidos básicos son necesarios pero deben ser realmente los alumnos los que lo descubran, para que los comprendan y realmente los aprendan y resulten útiles. Creemos en nuestras escuelas personas con futuro, personas emprendedoras a través de los elementos de las competencias: contenidos, herramientas y valores.