Las prosibilidades que nos proporcionan -o nos podrían proporcionar- este tipo de dispositivos son inmensas pero todas ellas mediatizadas, según mi opinión, por una cuestión: ¿para qué utilizar una tecnología nueva? Si la respuesta es para seguir haciendo lo de "siempre" tal vez no merezca la pena. Sin embargo, si se produce un cambio en el paradigma que utilizamos, al menos en Educación de Adultos, tendría mucho sentido introducir este tipo de tecnologías que forman parte de un importante número de personas en su quehacer diario y que nos permitiría desarrollar diferentes competencias -aprender a aprender entre otras- de una manera mucho más eficaz y habitual.

No obstante no podemos perder de vista el hecho -aunque pueda parecerle extraño a más de una persona- que existe una franja de la población que no tiene un acceso posible a este tipo de tecnologías; aspecto muy relevante -desde mi punto de vista- sino queremos profundizar en la brecha tecnológica que empieza a instalarse entre los ciudadanos de este país.

Por otro lado la posibilidad de utilizar recursos educativos abiertos con este tipo de tecnología supondría una profunda democratización del conocimiento entre las capas de población con menos recursos siempre y cuando se facilite la infraestructura necesaria para el posible acceso a dichos recursos.