ENSAYO SOBRE COMPETENCIAS CLAVE

Contexto educativo
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En la actualidad, es la educación es una cuestión que preocupa en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Se suceden cambios en las políticas y leyes educativas, sin que en realidad se aprecie una mejora en la educación. El principal dilema es cómo afrontar el verdadero cambio del sistema educativo, ya que no cabe duda de la necesidad de introducir mejoras y reformas que permitan a nuestros estudiantes una formación integral acorde con las nuevas condiciones impuestas por el mundo en el que vivimos.

            El desarrollo del aprendizaje por competencias proviene del ámbito laboral y empresarial, y  de ahí han surgido las principales críticas que ha recibido este enfoque al ser considerado excesivamente competitivo y centrado en el ámbito laboral. De hecho, en educación comenzó por implantarse en la Formación Profesional antes de pasar a la educación obligatoria. Su implantación comienza en el ámbito de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y en concreto de su Programa para la evaluación internacional del alumnado (PISA).

 

            Este paradigma del aprendizaje basado en competencias es apoyado y fomentado   desde la Unión Europea a partir del Consejo Europeo de 2001.  En dicho Consejo se marcan los objetivos que marcarán la política educativa de la UE centrados en promover en todos los ciudadanos la adquisición de competencias necesarias para abordar la nueva sociedad del conocimiento.  En estrecha relación con el desarrollo del enfoque competencia encontramos el concepto de educación permanente  a lo largo de toda la vida para poder adaptarse a las exigencias de la sociedad actual.  En el programa de Trabajo de 2010 se conceptualizan las competencias clave, su definición e implementación en todos los sistemas educativos. De tal modo que actualmente la incorporación del aprendizaje basado en competencias está centralizando la innovación educativa.

 

Es innegable que los principales artífices de este cambio deben ser los docentes, cualquier intento de reformar la enseñanza que nos los tenga en cuenta está condenado al fracaso. Por tanto resulta fundamental hacerles conocedores y participes del cambio metodológico que implica un aprendizaje basado en competencias. De otro modo, el intento de reforma quedará, como desgraciadamente ha ocurrido en otras ocasiones, en un mero cambio de terminología que no repercutirá en la mejora del sistema educativo y de la educación de nuestro alumnado.

 

            La Unión Europea insiste en considerar el concepto de competencia clave como elemento central de la educación. La competencia responde a la integración de  habilidades y actitudes de forma práctica y creativa. Implica no sólo saber, también saber hacer, saber estar y saber ser. El que sean denominadas competencias “clave” supone que son competencias necesarias aunque no suficientes, ya que la formación deberá continuar a lo largo de toda la vida. Por tanto, la característica de estas competencias clave es que nos dotan de herramientas para continuar nuestro aprendizaje permanente.

            Se definen ocho competencias clave, ada una de ellas presenta tres dimensiones: contenidos, destrezas y actitudes.

 

  1. Comunicación en lengua materna
  2. Comunicación en lengua extranjera
  3. Competencia matemática, científica y técnica.
  4. Competencia digital
  5. Aprender a aprender
  6. Competencia cívica y social
  7. Sentido emprendedor e iniciativa
  8. Sentido y expresión cultural

 

El impulso dado desde la Unión europea al paradigma de las competencias clave se ha trasladado a los sistemas educativos de los países miembros. En España la LOE (Ley Orgánica de Educación) en 2006 ya recogía el aprendizaje permanente basado en competencias, si bien se hablaba de competencias básicas y no respeta las 8 competencias claves antes mencionadas. Ambos aspectos han sido modificados en la reciente  LOMCE (Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Educación).

 

Cabe esperar la nueva ley  no quede exclusivamente en un cambio normativo o terminológico sino que permita una adecuada puesta en marcha del paradigma por competencias que mejore la calidad de nuestro sistema educativo y de nuestra enseñanza.

 

Un aspecto que me parece muy interesante son las 3 dimensiones que presentan cada una de las competencias: contenidos, destrezas y actitudes. Y en la dificultad que conlleva su evaluación. En mi opinión, el concepto de evaluación es uno de los aspectos que más necesitan del cambio para una adecuada aplicación del enfoque por competencias.

El examen debe perder el reinado que hasta ahora ha tenido como medio casi exclusivo de evaluación y será necesario considerar el proceso seguido y el grado de adquisición de cada una de las competencias así como crear una cultura de la autoevaluación que pienso no se fomenta actualmente.