Messa di Voce y su cambio de paradigma

Miguel Bernal
imagen de la messa di voce
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Salvatore Bertezen (?-1792), maestro de canto y compositor nacido en Malta definía la messa di voce como

[…] comenzar un sonido con la mayor dulzura, crecerlo gradualmente hacia su mayor fuerza en la mitad, y volviendo hacia el fin de nuevo gradualmente, hacia el mayor piano del comienzo. (Principi della Musica, Londres, 1781, p.148)

Este procedimiento técnico fue la base de la enseñanza del canto y su técnica y se enseñó como fundamental para enseñar al alumno la manera de atacar el sonido, siempre de manera dulce y sin rozar la voz para aprender a desarrollarlo conforme a los cánones del belcanto.

Giambattista Mancini (1714-1800) explica:

Se llama Messa di voce a aquel acto con el que el Profesor dota a cualquier nota larga de su graduación, dando al principio poca voz, y después con proporción, reforzarla hasta lo más fuerte, retirándola finalmente con la misma graduación que se adoptó en el comienzo. (Riflessioni pratiche sul canto figurato, Milán, 1777, p.147)

Es constante en todos los teóricos del siglo XVIII el uso de este procedimiento para evitar ataques duros o forzados en el inicio del sonido, como contraste a lo que en el siglo XIX tomaría carta de naturaleza como el coup de glotte o golpe de glotis para el ataque inicial del sonido, más identificado con repertorios decimonónicos.

Vincenzo Manfredini (1737-1799) definía la messa di voce como

[…] uno de los más bellos ornamentos del canto y del sonido. Esta consiste en entonar una nota bastante piano, reforzarla gradualmente hasta su mayor fuerza, y después poco a poco retornar al punto de fuerza en el que se comenzó. (Regole armoniche, Venecia, 1797, p. 66)

La referencia de Manfredini a la messa di voce como ornamentación incide en la necesidad de lograr un bello sonido (bel suono) y utilizarlo para iniciar una frase que pueda contener en sí misma una cadenza o fermata, procedimientos técnico-vocal que puede considerarse el resumen de todos los procedimientos del belcanto como el trino, el mordentes, el gruppetto, la apoyatura, las volatine, etc.

En el año 1818 Giacomo Gotifredo Ferrari (1763-1842) publicó su Breve Trattato di Canto italiano donde hacía referencia a la messa di voce en estos términos:

Se llama messa di voce cuando el cantante ataca la nota francamente y la sostiene con firmeza (p. 5)

Ya mi tempranamente en el siglo XIX podemos encontrar una diferencia esencial en el concepto de la messa di voce y es que Ferrari ya no habla de la progresión sonora desde el piano hasta el forte para volver al piano inicial, sino que, al contrario, ignora esta tradición de los teóricos del belcanto para destacar dos conceptos contrapuestos a ellos: «atacar el sonido» y «francamente». ¿Se podría ver ya un cambio de paradigma vocal en cuanto al ataque del sonido o una etapa intermedia entre el ataque blando con messa di voce y el coup de glotte propiciado por las escuelas de canto del XIX?

La respuesta no es sencilla ni fácil de responder porque incide en una de las cuestiones más espinosas de la técnica vocal a lo largo de los siglos: el ataque del sonido y su colocación o impostación. Existen estudiosos que han visto en la adopción del golpe de glotis para iniciar el sonido uno de los mayores problemas y creador de patologías vocales y otros que insisten en su aplicación para lograr una mayor presencia y proyección.

El famoso teórico del canto Manuel García hijo (1805-1906) insistía en la forma más adecuada de atacar los sonidos en su tratado de canto:

Debemos insistir en esta primera lección, que es la base de la enseñanza. Recomiendo de nuevo el golpe de glotis como la única manera de atacar los sonidos con pureza y sin tanteo. Cuando están bajas, no deben ser atacadas con fuerza. (Traité complet de l´art du chant, París, 1847, p. 26)

Vistos los diferentes puntos de vista sobre el ataque del sonido, podríamos hablar de tres paradigmas asociados a un tipo de colocación de este: el belcantista, con ataque suave y mesurado, el intermedio en la figura de Ferrari y el decimonónico de la mano de teóricos como Manuel García hijo.

Averiguar cómo fue el paso entre uno y otro paradigma llevaría mucho más espacio del destinado a esta breve entrada y, de momento, dejo algunas pistas para ulteriores discusiones sobre un tema tan enjundioso como el de la messa di voce.