Artículo: Porque en la vida también se trata de filtrar... Por Rubén F. Santiago

Rubén Fernández
Artículo: Porque en la vida también se trata de filtrar...  Por Rubén F. Santiago
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En #SymbalooEDU reflexionamos sobre cómo filtrar la información.  

Porque en la vida también se trata de filtrar...

Disponer de una conexión a internet es una gran ventaja tanto para estudiantes como para profesores en nuestra labor docente a la hora de facilitar o aprovechar al máximo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Es una herramienta con gran potencia siempre que sepamos utilizarla. Nuestra tarea educativa, desde hace unos años, también se trata de enseñar a sacarle el máximo rendimiento. ¿somos capaces de hacerlo? ¿estamos preparados? ¿estás preparado?

Uno de los aspectos que debemos trabajar es el filtrado de información. Internet, la red de redes, tiene mucha información de lo que queremos buscar: información objetiva, biografías, noticias, actualidad, artículos de archivo, etc. Todo está ahí, en la nube, aunque también debemos de saber filtrar: ¿con qué me quedo? ¿qué es lo que me vale y lo que no me vale? ¿qué fiabilidad tiene lo que estoy buscando? O lo que es lo mismo: ¿dónde debo buscar lo que me interesa?

Aún recuerdo mi etapa de estudiando cuando bajaba a la biblioteca a buscar información en diferentes libros, me pasaba la tarde buscando lo que me interesaba, haciendo un montón de fotocopias… incluso ayudado al principio por mi madre ya que me perdía entre tanto libro y estantería. Poco después utilizando bibliotecas digitales y, finalmente, con acceso a internet. Con aquellas bibliotecas digitales era más sencillo ya que todo estaba en un cd y era más o menos “limitado”; sin embargo en la actualidad comparo aquellas tardes en las que me perdía en la biblioteca con la cantidad de información que hay en la red.

Para poder hacer un filtrado adecuado de la información, al igual que hace años teníamos ciertas enciclopedias de referencia (Larousse, Espasa, Salvat,…) deberíamos de ofrecer a los alumnos lugares de referencia donde buscar. Por ejemplo: Google Académico (scholar.google.es) donde todas las referencias surgen de artículos o enlaces referenciados con calidad técnica y validez.  Microsoft Academic (academic.research.microsoft.com) sería otra alternativa válida para tener como referencia. También hay un montón de publicaciones digitales (p. ej. revistas) que nos pueden ayudar a completar nuestra búsqueda de información.

Disponer de un listado de fuentes interesantes siempre sería una buena opción en nuestra tarea educativa. Estos últimos días estoy realizando el curso #NOOC de Symbaloo a través del INTEF y se me ocurre que puede ser interesante crear un WIX en Symbaloo con fuentes de búsqueda. De esta forma ordenada, el alumno sabrá dónde acudir cuando tenga que buscar información y estará seguro que es información adecuada.

Si las referencias no estuvieran contrastadas o no se tiene confianza plena de la fuente, deberíamos de comparar con otras fuentes; siempre con la cautela de que esa información haya salido de la misma fuente, a pesar de acceder a través de enlaces diferentes.

Finalmente, una vez aparezca la información más concreta, siempre podemos dejar correr la personalidad inquieta que llevamos dentro para buscar, indagar y perdernos en la red de redes donde podremos encontrar infinidad de líneas, referencias, materiales… que seguro se adaptarán a nuestras necesidades.

Si podemos buscar algo que nos sirve, es porque alguien lo ha puesto previamente ahí a nuestra disposición. Por ese motivo, siempre debemos poner en nuestro documento las referencias que hemos utilizado con título, autor y enlace (si se trata de un material online). Aunque antes insertar la bibliografía en tu trabajo era algo habitual, en los últimos años, hay ciertas ocasiones que no es fácil (o directamente no aparece) encontrar estas fuentes; y creo que el reconocimiento al autor de la información siempre es necesario. En esta línea, os aconsejo que profundicéis en el tema de las licencias CC (Creative Commons).

Para finalizar, y como conclusión, seamos capaces de transmitir a nuestros alumnos la capacidad de filtrar contenidos de forma adecuada sabiendo previamente dónde acudir. Pero para ello nosotros debemos tener clara esta información anteriormente… si organizamos esta información en nuestro PLE, seguramente sea más fácil tanto para nosotros como para nuestros alumnos alcanzar el objetivo propuesto.

Porque la vida, al fin y al cabo, también se trata de filtrar: buscar qué cosas te vienen bien para tu salud, filtrar las relaciones que son adecuadas frente a las que te perjudican, separar la fruta pasada de la fruta fresca… ¡se trata de filtrar!

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