Sobre las competencias clave

Lara Torrego
Área de conocimiento
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            Tras la lectura de “Competencias clave como tendencia de la política educativa supranacional de la Unión Europea”, he de decir que el planteamiento inicial me parece adecuado desde el punto de vista de la globalización, ya que el aprendizaje por competencias planteado es una apuesta unitaria que facilitaría la libre circulación de unos ciudadanos cuya educación cubriría los mismos objetivos. Ahora bien, creo que la cuestión es adecuar todas esas competencias en cada ámbito educativo de cada país miembro y ahí es donde, a mi parecer, vienen las divergencias y los problemas: ¿cómo controlar que todos los países llevan a cabo dicha normativa y enfocan su educación hacia los mismos objetivos? Creo que ni un comisionado de la Unión Europea podría controlar dicho cumplimiento, porque es una tarea dificultosa y compleja.

 

            En cuanto a la aplicación del paradigma de las Competencias Clave o Competencias Básicas (como se hacen llamar en España), creo que evidentemente es una petición a voces de un cambio educacional necesario. A medida que pasan los años, los estudiantes cambian en función de su entorno social y familiar. Si bien es cierto que es necesario adecuarse a ellos, no siempre ni todos los profesores lo hacen. Soy docente desde hace bastantes años y he tenido la suerte de ejercer en el extranjero, en un centro público. He visto que, entre nosotros, los profesores, existe una amplia tipología de enseñantes: los que llevan dando clases años y años y, próximos a su jubilación, un cambio en su manera de impartir una materia le puede suponer dolores de cabeza que cree innecesarios, y los que acaban de aterrizar en esto o han aterrizado hace un tiempo y les queda mucho camino por delante, para el que tienen grandes dosis de ilusión y energía. Creo que el cambio debería ser unitario para todos los docentes, pero también pienso que puede ser una utopía, ya que la implicación, el esfuerzo y el trabajo debe darse en un grado alto y no todo el mundo está dispuesto a este sacrificio, cuando ya tiene su puesto de trabajo asegurado.

 

            Yo soy profesora de Lengua Castellana y Literatura y me incluyo en el segundo grupo, ya que soy incapaz de llegar a un aula, soltar los contenidos e irme a casa sin más. Desde hace unos años, incluso desde que era alumna, siempre me he planteado el porqué y el para qué se estudiaba una materia determinada. No siento que fuera por simple curiosidad, sino porque no era capaz de estudiar algo de memoria y escupirlo sin que aquello no dejara en mí una pequeña huella, y para que esto pasara necesitaba entender la esencia de la asignatura contestando a esas dos simples preguntas. Creo que, si se partiera de esto, el alumnado estaría mucho más orientado y motivado para desarrollar los conocimientos y alcanzar los objetivos relacionados con una materia concreta. Si analizamos a lo que se pretende llegar con la implantación de las Competencias clave, realmente responde a esto mismo: busca la parte más práctica del aprendizaje, no sólo para que el alumnado lo vea útil, sino para que adquiera las destrezas adecuadas para desenvolverse en el mundo social y laboral que va más allá de un aula. Desde mi humilde punto de vista, dirigir a los estudiantes al uso de la materia que está adquiriendo le va a resultar mucho más útil y, además, va a facilitar la adquisición de los conocimientos, ya que, como muchos estudios defienden, nos quedamos con un porcentaje mayor de conocimientos cuando hacemos algo, que cuando oímos o leemos algo. Creo, por tanto, que el cambio es totalmente necesario y útil, pero que aún nos queda mucho camino por recorrer, ya que los docentes no tenemos una formación continua obligatoria y no todos están / estamos a la orden del día en estos temas.