La propuesta de las competencias clave de la Unión Europea supone un gran avance para la educación, pues implica una adaptación de los sistemas educativos a las demandas de la sociedad actual. Es importante que exista cierto acuerdo entre los países pertenecientes a la Unión Europea sobre el modelo de formación que tienen que tener sus miembros.

El gran problema es la interpretación que de estas propuestas se hace en los diferentes países de la Unión Europea. Además en muchas ocasiones se toman decisiones a nivel político que nunca ven su reflejo en la realidad del sistema educativo.

Para que realmente se ponga en marcha el paradigma de las competencias clave propuesto por la Unión Europea, tendría que existir una coordinación eficaz entre política y realidad educativa. Si esto no ocurre, se vuelve a caer en la idea recurrente de que no son más que otro cambio terminológico, sin cambio en el fondo.

La propuesta de la Unión Europea no puede llevarse a cabo correctamente si no se transmite adecuadamente a todos los implicados en el sistema educativo, políticos y técnicos que elaboran los marcos normativos europeos, nacionales y autonómicos, y a los docentes y equipos directivos de los centros.

Es muy importante que además de legislar este cambio metodológico, se forme al profesorado convenientemente sobre su significado y puesta en marcha. Durante mucho tiempo hemos pensado que las competencias clave era “un saber hacer”, cuando realmente suponen una integración de conocimientos, destrezas y actitudes, para aplicarla de forma práctica y creativa en la ejecución de una tarea relacionada con la vida.

Es importante que tengamos claro que  esta ‘descomposición’ artificial de las competencias, es la forma de hacer operativos los desempeños asociados a cada una de ellas para  facilitar, simplificar y hacer viable el aprendizaje por competencias por parte de los estudiantes y facilitar la planificación de la enseñanza por parte de los docentes.

Por tanto debemos entender la competencia como un desempeño pues representa una aplicación práctica de lo que se sabe.

La idea del aprendizaje por competencias clave de la Unión Europea supondría una formación efectiva para una integración en la compleja sociedad contemporánea caracterizada por la globalización, el multiculturalismo, las tecnologías de la comunicación, la gran cantidad de información que se recibe por distintos medios, la búsqueda, la importancia de la eficiencia, la valoración de la calidad, el continuo cambio …Sociedad en la que la creatividad y la capacidad de seguir aprendiendo y de innovar son muy importantes. Un  mundo en el que tenemos que tener interiorizada la idea del aprendizaje permanente.

El aprendizaje por competencias no solo sirve para que la persona se adapte mejor al mercado laboral. Con este modelo de aprendizaje también se le forma para hacerle partícipe activa de la variedad de opciones vitales que ofrece la sociedad  y que son de una gran complejidad.

El trabajo por competencias clave en clase puede resultar muy enriquecedor, pero para llevar a cabo este trabajo de forma completa es necesario que en el centro educativo se den una serie de condiciones como son: una gran coordinación entre el profesorado, ampliar los espacios a utilizar, desaparición de la rigidez de horarios, flexibilización del  currículo…

De momento, y hasta que la administración no se adapte al paradigma de las competencias clave, lo único que podemos hacer son pequeñas incursiones en este tema.

Aunque complicado, es posible trabajar por competencias clave en los centros educativos, como se ha podido demostrar en el ámbito de la Formación Profesional. Es importante de esta forma de trabajar se extienda, por supuesto, adaptándolo, a todos los niveles, desde la Educación Infantil hasta la de adultos, desde el ámbito formal hasta el no formal