Reflexiones sobre el origen internacional de las competencias clave y otras cuestiones

Marta García
Área de conocimiento
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La siguiente reflexión personal está basada en los puntos que más han despertado mi interés del artículo “Competencias clave como tendencia de la política educativa supranacional de la Unión Europea”.

                En el artículo se menciona la creencia generalizada de la necesidad de una reforma educativa a nivel europeo dada la diferente formación y preparación que muestran los ciudadanos de los distintos estados miembros al acceder al mundo laboral. Los políticos están de acuerdo en que esa reforma se debe hacer en base a competencias clave, algo que no es fácil de definir pero que responde a las necesidades de aprendizaje permanente dictadas por una sociedad en constante evolución. A todos los niveles, incluido el nivel educativo, se ve la necesidad de una enseñanza a través de competencias clave que acerque a los alumnos a las necesidades del mundo real y les haga competentes para moverse en él,  por eso me pregunto ¿Por qué se está tardando tanto en imponer este tipo de enseñanza-aprendizaje? ¿Por qué algo que parece tan claro resulta tan difícil de implantar en las aulas? En primer lugar, y por ese motivo estoy haciendo este curso, los profesores necesitamos información clara y concisa sobre cómo trabajar y evaluar por competencias, algo que personalmente no he tenido a mi alcance hasta ahora. Sin duda, y tal y como se menciona en el artículo, la implantación hasta ahora poco extendida del trabajo en base a competencias es un ejemplo de la distancia que a menudo existe entre la teoría política y la práctica ciudadana. En este sentido llama la atención que la LOMCE suponga pocos cambios respecto a la LOE en el modo en que se abordan las competencias clave, algo que desde mi punto de vista es consecuencia de que en nuestro país las reformas educativas están en manos de profesionales de la política y no de profesionales de la educación, como creo debería ser.

Las competencias clave, como ya he dicho, son difíciles de definir ya que como se menciona en el artículo, una competencia clave no es un “poder hacer” ni exclusivamente un “saber hacer”. Lo que sí es más fácil de entender es lo que persiguen para los alumnos, esto es, una realización a nivel personal, social y profesional relacionadas respectivamente con la dimensión cognitiva, instrumental y actitudinal que cada competencia presenta. En este sentido, la Tecnología, área de la que soy profesora, es una asignatura eminentemente práctica donde las habilidades priman sobre los conocimientos y de forma natural se predispone a los alumnos al trabajo en grupo.  Por ello, esta asignatura parece un marco excelente para el trabajo por competencias. Este tipo de enseñanza aprendizaje acercaría a los alumnos a la presencia real de la tecnología en sus vidas y a los cambios que marca y ha marcado en nuestras vidas con el paso del tiempo. Les haría más críticos con las tecnologías de la comunicación y el mal uso que en ocasiones hacemos de ellas. No hay que olvidar que según se refleja en el artículo, la tecnología  continuará cambiando la realidad de formas que no podemos imaginar y en ese mundo tan complejo, la creatividad, la capacidad de adaptación, serán al menos tan importantes como las áreas de conocimiento más tradicionales.

En resumen, es necesaria una reforma educativa a un nivel supranacional, que atienda a las necesidades de aprendizaje permanente de los ciudadanos, en un mundo en constante cambio. En este sentido es esencial un esfuerzo por parte de todos, incluidos los educadores, que conduzca al modelo de trabajo por competencias clave, un modelo defendido por muchos en la teoría pero cuya práctica en los centros educativos todavía dista mucho de estar extendida.

En cuanto a mi asignatura, me gustaría poner en práctica cuanto antes el método de enseñanza-aprendizaje por competencias, en primer lugar por el protagonismo que ha tenido y sigue teniendo la tecnología en la evolución de la realidad que nos rodea y segundo lugar porque por sus contenidos y metodología se adapta perfectamente a la concepción del trabajo por competencias.