1.1 El aprendizaje por competencias

María Muñoz
Área de conocimiento
437 Visitas
Compartir

EL APRENDIZAJE POR COMPETENCIAS: ¿REALIDAD O MITO?

¿Son las competencias clave un mero invento terminológico y/o político? ¿Suponen realmente una novedad a nivel pedagógico? El artículo de Valle y Manso analizado a continuación trata de arrojar luz sobre este tema.

En primer lugar, las competencias clave serían el resultado de la evolución hacia una sociedad cambiante y cada vez más compleja. Pese a que pudiese parecer en un principio que su influencia se limitaba al ámbito de la enseñanza secundaria obligatoria, en realidad su origen está en la Formación Profesional, y por lo tanto, el mercado de trabajo, eminentemente práctico.

Las reformas políticas en el ámbito de la educación en Europa (junto con las pruebas externas PISA) en los últimos tiempos reflejan este cambio de enfoque: un nuevo paradigma en el que el aprendizaje no se limita a los años de escolaridad obligatoria sino que se extiende a lo largo de la vida adulta, transformándose así en lifelong learning.

De este modo, las competencias clave pretenden dar respuesta a las crecientes necesidades de la sociedad del conocimiento. Como consecuencia, el aprendizaje por competencias se convertiría en la piedra angular de la innovación a nivel pedagógico.

Los esfuerzos se han multiplicado durante estos últimos años por definir y acotar las mismas y su radio de acción, teniendo en cuenta que la competencia supone la movilización de conocimientos, habilidades y actitudes al mismo tiempo. Pero el debate no se ha ceñido únicamente al ámbito teórico, ya que para que las competencias se apliquen realmente, los alumnos deberían ser capaces de llegar a actuar y desarrollarlas en la vida diaria de forma activa.

Una vez establecido el marco teórico (con sus consiguientes cambios a nivel europeo y nacional), son numerosos los retos pendientes, dado que se ha pasado de hablar de competencias básicas a competencias clave, modificando también el número y ámbito de las mismas. Por otro lado, la implantación de un sistema de evaluación del grado de adquisición de las mismas sigue resultando complejo para muchos docentes que deben y desean aplicarlas en su práctica docente diaria, cumpliendo así con la legislación educativa actual.

Éste es el reto al que nos enfrentamos como docentes y debemos ser capaces de estar a la altura y de colaborar entre nosotros para ofrecer una respuesta adecuada a nuestro alumnado. Evidentemente, no es algo fácil y para algunos resulta complicado de asumir ya que transforma el paradigma educativo del siglo pasado. No obstante, creo que es necesario porque el cambio de siglo ha traído novedades importantes en todos los ámbitos del conocimiento, y el sistema educativo no puede ni debe quedarse al margen, sino que debería encabezar el proceso innovador. Ahora bien, el cómo hacerlo y sobre todo, el cómo asegurarnos que estamos contribuyendo efectivamente a que nuestros alumnos consigan este objetivo, son cuestiones cuya respuesta no parece tan simple a primera vista. Es por ello, que los docentes necesitamos una formación de calidad a este respecto antes de poder formar a nuestros propios alumnos y contribuir de manera efectiva al desarrollo de las competencias clave.