Tarea 1.1. Competencias clave

Lourdes Cortés
Área de conocimiento
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TAREA 1. 1: Las Competencias Clave

El artículo de Valle y Manso informa del el interés de las instituciones supranacionales por adecuar la forma de aprender  -y enseñar- al mundo actual, basándose en el aprendizaje permanente como condición previa para la integración en un mundo cada vez más interrelacionado y tecnológicamente complejo. En este sentido, las competencias clave son la herramienta que nos permite el cambio metodológico que necesitamos en nuestras aulas.

            Para empezar, este interés internacional por modernizar y mejorar nuestra educación es claramente loable. No creo que nadie dude de algo que parece evidente. El problema viene a la hora de aplicar los cambios necesarios por los diferentes países, estableciendo estrategias no siempre adecuadas, con lo que los resultados tardan en producirse o no llegan nunca.

Lamentablemente, en España, parece que se está más interesado por aparentar la innovación que `por trabajar seriamente para fomentarla. Parece mentira que se confunden los términos básicos, además de algunas otras cuestiones importantes. No se trata de copiar las disposiciones europeas, hay que analizarlas y adecuarlas a nuestra realidad educativa. No se cambia la educación a golpe de decreto, sino con la argumentación y el análisis de las carencias materiales y del propio sistema que se desea transformar.  Quizá haría falta una comunicación eficaz con los profesionales que estamos en las aulas y conocemos los problemas socio-económicos y culturales de nuestros jóvenes y sufrimos cada día las “ocurrencias” de nuestros gobernantes, con una escasez de los medios imprescindibles para lograr los objetivos que se proponen.

En este sentido, cuando los cambios e innovaciones vienen impuestos sin los medios necesarios para ponerlos en práctica de forma adecuada y progresiva, acaban fracasando o no son tomados en serio por la comunidad educativa. Por otro lado, esa misma comunidad educativa ve como las condiciones en las que realiza su trabajo son cada vez peores, mientras la administración pretende “fomentar innovación” parece más interesada en vender  una imagen que conseguir una modernización real y efectiva de nuestro sistema educativo. Quizá se debería tener en cuenta  a los sectores más implicados e imprescindibles en su puesta en marcha.

Aunque es cierto que algunos profesionales se resisten al cambio, a cualquier cambio en su forma de trabajar, es también cierto que las personas que están dispuestas a la innovación, a mejorar el aprendizaje y la educación de sus alumnos, se ven una y otra vez enfrentados con muchos obstáculos que, con demasiada frecuencia se deben a la mediocre gestión y administración de los recursos disponibles

Pienso que con los medios necesarios en nuestros centros, muchos de los detractores de las metodologías innovadoras, estarían mucho más dispuestos a su aplicación en el aula. Los resultados serían nuestra arma más importante.

Si de algo sirve mi experiencia personal, por los diferentes proyectos que he trabajado con mis alumnos y los cambios metodológicos que aplicamos continuamente para solucionar los problemas que se plantean y mejorar el aprendizaje, trabajar por competencias puede que sea la forma de empezar a tener una visión menos pacata de la educación. Por otro lado, adquieren mayor sentido otras metodologías como el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), fundamentadas, en última instancia, en los mismos principios y el objetivo común del aprendizaje permanente e integral. Solo falta una buena gestión de los recursos disponibles, sin los cuales se hace muy difícil cualquier investigación en nuestras aulas.

 

Lourdes Cortés Ayuso

(Profesora de Geografía e Historia en Barbate, Cádiz)