Crítica al artículo sobre competencias

Eva María Vaz
Área de conocimiento
Contexto educativo
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En el artículo se nos presenta un claro recorrido por los fundamentos legales en los que se basa este nuevo paradigma metodológico, el de las competencias clave, o también llamadas competencias básicas, en España, lo que evidencia que no se ha llegado a captar el concepto de competencia en profundidad.

El autor demuestra las diferentes posturas, en cuanto a leyes educativas se refiere, adoptadas en torno a las competencias, y cómo todas ellas se han registrado de un modo superficial, y no adaptando plenamente el concepto en las nuevas órdenes legales.

En último lugar, y no menos importante, el autor recoge una opinión bastante  generalizada de los docentes referido a este nuevo paradigma, es la dificultad de poder evaluar las competencias en el aula, debido a sus tres dimensiones: cognitiva, instrumental y actitudinal. Este hecho lo que hace es poner más en evidencia un punto básico: la formación del profesorado en sus comienzos y la necesidad de una formación permanente para poder abordar su trabajo conforme a la nueva legislación. Es en este último apartado en el que más claramente veo reflejado mi sentir respecto a este nuevo paradigma.

 Está claro que la sociedad del siglo XXI necesita encontrar una formación en las aulas a la altura de sus necesidades, puesto que esta es una sociedad globalizada, intercultural y en constante cambio tecnológico, entre otras características. Éste ha sido el origen del desarrollo de las competencias clave, intentar preparar a los alumnos de la Formación Profesional para su inserción en el mercado laboral. Mediante este nuevo enfoque  educativo se pretende responder de forma más adecuada a los retos propios de la sociedad contemporánea, algo en lo que años antes ya venían insistiendo otras organizaciones e instituciones internacionales.

En el artículo nos explica como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y, más concretamente, a través de su Programme for International Student Assessment (PISA) venía transfiriendo desde los años noventa –especialmente con la puesta en marcha en 1997 del proyecto Definition and Selection of Competencies: Theoretical and Conceptual Foundations (DeSeCo)– sus conocimientos sobre las competencias del ámbito empresarial al educativo.

Hay que añadir, que el concepto de competencias clave está íntimamente relacionado con el de formación permanente, puesto que la adquisición de estas competencias garantiza que se formen individuos con la capacidad, actitud y conocimientos adecuados para que su formación no se vea interrumpida, sino, al contrario, su formación sea constante y adaptada a su entorno. Desde la Estrategia de Lisboa del año 2000 (Consejo Europeo, 2000), se  está trabajando en torno a las políticas de aprendizaje permanente, para garantizar la integración social y lograr la igualdad de oportunidades (Comisión de las Comunidades Europeas, 2001). A partir de aquí, el aprendizaje permanente se convirtió en el marco común de los programas europeos en los sectores de educación, formación y juventud, y progresivamente la noción se ha ido integrando en la documentación europea. Así podemos comprobar que junto a las competencias clave, el aprendizaje permanente está igualmente presente en las políticas educativas actuales de la Unión Europea, pero de una manera simultánea, interrelacionada y complementaria.

Como conclusión, puedo afirmar  mi acuerdo con las opiniones vertidas en él por el autor del mismo, puesto que se necesita una honda reflexión de lo que aportan y lo que conseguiríamos con la plena adquisición de las competencias clave por parte de nuestro alumnado, respecto a su desarrollo en término de “desempeños”.  Además, para poder llevar a cabo el cambio de paradigma, sobre todo, en lo referente a metodología, se necesita formación del profesorado y de todos los niveles educativos, así como de instituciones administrativas, puesto que este cambio no puede darse aisladamente; de ahí la sensación de mareo de los docentes respecto a la terminología, y la poca reflexión que hay alrededor de este paradigma. Y por último, estoy completamente de acuerdo con el mismo al afirmar que la evaluación es el punto decisivo a la hora de determinar la adquisición de las competencias clave. Se hace muy difícil enseñar por competencias cuando hay que romper una inercia de evaluar de una determinada manera, tradicional, y dejar, a su vez, reflejada la adquisición de los desempeños en todas sus dimensiones: cognitiva, actitudinal e instrumental.