ENSAYO CRÍTICO
Es evidente que la sociedad actual en los paises desarrollados ha cambiado hacia un modelo de mayor globalización, diversidad y constante cambio, en el que el conocimiento es amplísimo, está en continuo desarrollo y al alcance de todos y todas. Ante esta nueva situación se entiende la necesidad de una cada vez mayor especialización en el mundo laboral y del desarrollo de competencias en el profesional que le permitan un desempeño eficaz en su trabajo.
Esto se observa también en el ámbito educativo; un conocimiento que se amplía constantemente y unos instrumentos que permiten el fácil acceso a dicho conocimiento por parte de todos hace que el papel del educador y educando deba de ajustarse a las nuevas circunstancias. Así, el profesorado ya no puede ser un mero transmisor del conocimiento por el hecho de que no puede abarcarlo y de que está al alcance de cualquiera con las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Se requerirán, pues, nuevas competencias en el profesorado que ayuden al alumnado a buscar y gestionar dicho conocimiento. El alumnado, por su parte, ya no puede ser un mero receptor sino que debe adquirir competencias para encontrar, seleccionar y aplicar de manera eficaz el conocimiento necesario en el transcurso de su vida y en el conjunto de la sociedad actual.
Dado este panorama y las nuevas necesidades que se definen en el mismo, es razonable que el tema de las competencias se geste en el ámbito internacional de los paises desarrollados; es razonable el planteamiento del nuevo paradigma educativo de “aprendizaje por competencias” que permita desarrollar procesos de aprendizaje más eficaces y para toda la vida y; es razonable que cada uno de los Estados miembro de la Unión Europea deba llevarlo a su contexto laboral y educativo.
Lo que no es razonable es que el proceso de implementación de este nuevo paradigma educativo en nuestro país comience con unos errores de base conceptual a nivel legislativo que evidentemente se arrastrarán y dificultarán su desarrollo a nivel organizativo y curricular.
Dado que se trata de una innovación importante que supone romper con el sistema tradicional de enseñanza y aprendizaje, qué menos que establecer una correcta definición y descripción del significado de las competencias clave como un término que incluye conocimientos, destrezas y actitudes y no como algo añadido a los mismos.
Para paliar este escollo nos queda la necesaria formación del profesorado al respecto que, desde mi punto de vista, debería ser obligatoria en unos mínimos. Puesto que la normativa obliga al desarrollo de competencias clave en el alumnado, con las implicaciones curriculares y organizativas que ello conlleva, no se puede dejar a la voluntad del profesorado la necesaria formación para su implementación (de hecho yo pienso que si la educación funciona en este país es gracias a la voluntad del profesorado). La formación inicial o permanente es parte de la profesionalidad del profesorado, al igual que hay que exigir la profesionalidad de quien elabora la normativa.
En mi trabajo esta forma de entender la enseñanza como un proceso para desarrollar competencias claves en el alumnado, que le permitan desenvolverse eficazmente en la sociedad actual y a lo largo de su vida, me llevaría a:
- Plantear como estrategia fundamental para el aprendizaje “la tarea”. Es haciendo como se aprende a hacer, pues es donde hay que poner en práctica los conocimientos, las destrezas y actitudes necesarias. Además, creo que es en esta conexión con la práctica donde adquieren sentido los aprendizajes y, por tanto, lo que ayuda a afianzarlos.
- Mostrarme como ejemplo para el alumnado en el sentido de desechar el libro de texto como única herramienta de trabajo y hacer uso de las TIC para localizar la información, actividades y recursos que necesite en mi práctica docente; que mejor contribuyan a desarrollar los aprendizajes más prioritarios, significativos y acordes a las necesidades y características de mi alumnado.
- Una mayor integración de las diferentes áreas de trabajo de manera que los contenidos trabajados adquieran significado en el desarrollo de tareas concretas.
- Acorde con lo anterior, una mayor flexibilización en los horarios destinados a cada una de las áreas de aprendizaje.
- Una mayor conexión con el ámbito familiar del alumnado con el objetivo de que las enseñanzas en el aula tengan proyección en el entorno natural del mismo y para su vida.
Mi práctica educativa se estructtura entorno a talleres para el aprendizaje (hogar, cocina, huerto, audiovisuales, tienda, etc.) en contextos naturales en los que se desarrollan diferentes tareas. En este sentido, me gustaría pensar que no voy muy desencaminada para afrontar este nuevo paradigma educativo.


