Competencias Clave: visión de una docente
Las competencias como tendencia de la política educativa de la Unión Europea surgen como un “nuevo” paradigma pedagógico que centra el desarrollo de los procesos de enseñanza-aprendizaje en el sistema educativo. Pretenden facilitar procesos más eficaces en el entorno cotidiano, consecuencia de las exigencias educativas, sociales, culturales que demanda la sociedad actual, que podríamos definir como multicultural y vertiginosamente cambiante.
Esta sociedad, del siglo XXI, entendida como “sociedad del conocimiento” nos exige como ciudadanos comprometidos con nuestro desarrollo personal, social y profesional, un aprendizaje permanente a lo largo de la vida (paradigma de lifelong learning), y es la educación por competencias la que nos proporcionará las herramientas necesarias para adaptarnos exitosamente a nuestro entorno social, educativo y laboral.
Este nuevo paradigma de las Competencias Clave es resultado de las tendencias educativas supranacionales contemporáneas. En la Educación Obligatoria es la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) quien proyectó el seguimiento de este paradigma, a través de su Programa PISA (Programme for International Student Assessment). Los resultados coincidentes de este programa con otro de los proyectos de la OCDE (DeSeCo- Definition and Selection of Competences) cimentaron la base para el desarrollo del aprendizaje por competencias.
Este nuevo paradigma invita a los docentes no sólo a la reflexión sino a dar un paso más en nuestro quehacer diario. Descubrimos que las competencias ya no son básicas, sino clave, y que no es una diferencia sólo conceptual. Nos indica un sentido dinámico ya que conlleva un desempeño fundamental para el desarrollo de nuevos y desconocidos logros en la sociedad del siglo XXI, representa una aplicación práctica y real de lo que se sabe.
Como profesora pienso sin duda que este nuevo planteamiento conlleva cambios en mi quehacer educativo (programar por competencias). Fundamentalmente porque debo pasar de un programa centrado en lo que hacía yo como docente a uno centrado en lo que hará el alumno (pieza principal del proceso) pasando de planificar y diseñar las sesiones de clase a diseñar experiencias de aprendizaje del alumno.
En definitiva, debo centrar mi esfuerzo en enseñar para aprender a SER y a tener un desempeño eficaz en el mundo contemporáneo. Entiendo que el gran interés puesto en las competencias clave, a nivel político e institucional, se debe a querer que el instituto prepare al alumnado para la vida. Así se puede comprender la insistencia en el empleo que se da a los conocimientos, su movilización, en lugar de reproducirlos en el ámbito escolar. Esta transformación del modelo escolar supone reubicar el aprendizaje-enseñanza en el nuevo escenario de la Sociedad de la Información.
En mi opinión “educar en competencias para la vida”, no supone sólo la enseñanza de un currículo formal impartido desde mi asignatura, y que posteriormente abordaré. Exige una acción conjunta que involucra al propio centro (currículo no formal) y al contexto socio-político (currículo informal) que se presenta a través de la familia y el entorno cercano.
Como docente el verdadero reto de este interesante enfoque es concretar la teoría y llevarla a la práctica. Identificar las competencias en el currículo de mi área, ver su relación con el resto de asignaturas (perfil competencial), secuenciarlas en objetivos, contenidos y actividades de una unidad didáctica, y algo muy importante, elegir estas actividades
garantizando una variedad de contextos de realización así como la funcionalidad de los contextos (no reducirlo exclusivamente al ámbito escolar).
Ayudados por el documento de Valle y Manso (2013) y aplicándolo a nuestro quehacer diario, mi conclusión es que todos los profesionales somos válidos, que ninguno comenzamos de cero y que el reto en grupo es más llevadero. Partiremos de la información (como la ofrecida en este curso), surgirán dudas, que afrontaremos con optimismo, creatividad y desarrollaremos la mejor organización posible para obtener los mejores resultados.


