REFLEXIÓN SOBRE EL ORIGEN INTERNACIONAL DEL PARADIGMA DE LAS COMPETENCIAS CLAVE DE LA UNIÓN EUROPEA Y CONSECUENCIAS EN MI TRABAJO.

La sociedad del siglo XXI es diferente, la globalización y las nuevas tecnologías de la información definen la sociedad actual, por este motivo el sistema educativo debe evolucionar con ella y adaptarse a sus necesidades. Necesitamos un sistema educativo efectivo y para eso hay que modificar el que tenemos y adaptarnos a las demandas reales de nuestra sociedad.

Los cambios en educación son peligrosos y a veces no llegan a ser efectivos. Un cambio se produce a nivel político, con una ley de educación que han elaborado, la mayoría de veces, personas muy distantes a la práctica y a la realidad educativa,  pero es el docente el que tiene que creer en ese cambio para intentar modificar su forma de trabajo y que el cambio sea finalmente efectivo. De lo contrario el cambio será sólo a nivel político ya que no habrá resultados positivos en la sociedad del cambio, será un cambio burocrático, llevando esto al fracaso de esa política educativa y cambándose por otra. De esta forma se vuelve loco al profesorado, se le desmotiva y no se consigue ningún resultado positivo en la forma de enseñar. Creo que hay mucha descoordinación entre todos los peldaños de la escalera educativa, desde el político que hace la ley hasta el alumno que recibe las enseñanzas.

Cualquier docente está de acuerdo en la necesidad de un cambio en el sistema educativo actual, trabajar con competencias es algo que parece muy productivo y beneficioso para el alumnado. Es una garantía conocer que los principios de las competencias clave surgen del estudio del mundo laboral, a través de la formación profesional.

Ya se trabaja con anterioridad el aprendizaje permanente en otras leyes educativas, la LOE, y toda la comunidad educativa cree en su necesidad, ya que la sociedad está en continuo cambio y hay que ir a su ritmo.  El problema es cómo desarrollar esta forma de trabajo por competencias en centros educativos.  La clave del éxito consiste en saber crear un buen plan de desarrollo práctico, esto animaría a los docentes a creer y apostar por el desarrollo de las competencias clave. Es cierto que el docente cree estar siempre oyendo lo mismo en las diferentes leyes de educación. Incluso las tres dimensiones de la competencia nos recuerda a la LOGSE con contenidos, procedimientos y actitudes…si no se reflexiona sobre el trabajo en competencias podemos devaluarlo antes de saber realmente cuales podrían ser sus beneficios en el futuro de nuestros alumnos.

Introducir el trabajo en competencias en el desarrollo de mis clases cambiaría en general mi forma de trabajo, la distribución de tiempos en el aula cambiaría. Necesitaría estar menos pendiente del desarrollo de las programaciones, buscar más materiales de aplicación para desarrollar todas las competencias clave, ya que ahora la que más trabajo es la matemática. Necesitaría medios tecnológicos en el aula para poder usarlos de forma continua y mucha ayuda del resto de mis compañeros, la enseñanza sería en su mayoría interdisciplinar y la coordinación es algo indispensable. También es objetivo primordial la preparación y formación del profesorado para estos cambios. El problema es que primero se hace el cambio, el profesor se adapta como puede, no ha reflexionado sobre el tema y se ve atacado, al final es cambio no es efectivo. Es una pena porque hay cambios que benefician mucho al alumnado pero por su forma de aplicación no llegan a obtener los resultados que deberían.  Yo creo que hay un escalón muy grande entre la forma de trabajar hasta la Educación Secundaria Obligatoria  por competencias y a partir del Bachillerato y en la Universidad. Este es un problema que habría que tener en cuenta y hacer los cambios oportunos.