Las competencias clave surgen de una propuesta educativa de la Unión Europea a todos sus estados miembros como respuesta a la necesidad de los ciudadanos para abrirse camino y tener un papel activo en una sociedad contemporánea cada vez más diversa, plural, global y en continuo desarrollo tecnológico y comunicativo. Por tanto, la educación, formación y aprendizaje deben adaptarse a las nuevas demandas por parte de la sociedad del siglo XXI.

El concepto de ‘competencias’ , introducido en un principio en el ámbito de la Formación Profesional como el conjunto de aptitudes, habilidades y conocimientos básicos necesarios para el desempeño de distintos perfiles profesionales, se ha probado como imprescindible y extensible al ámbito educativo tradicional debido a la demanda del mundo actual. Estrechamente relacionado con las competencias, el ‘aprendizaje permanente’ pretende garantizar la igualdad de oportunidades y la integración de todos los ciudadanos europeos. Por tanto, ambos conceptos son piezas fundamentales en el desarrollo de las políticas educativas de la Unión Europea en la actualidad, entendidos como herramienta indispensable para el desarrollo global de la persona, no solo para su adaptación al mercado laboral sino también para su participación activa en la sociedad actual.

La aparición del concepto de ‘competencias clave, su definición y su aplicación en los centros escolares ha supuesto un cambio total en el enfoque tradicional del proceso de enseñanza-aprendizaje y constituye la base de la innovación educativa de hoy en día. Este nuevo enfoque no es fácil, ya que supone una vuelta de tuerca en cuanto a la metodología y evaluación basada en el desempeño de tareas reales y de valorar la capacidad por parte de los alumnos de aplicar sus conocimientos, destrezas y actitudes para resolver tareas en situaciones reales.

Las competencias son una aplicación práctica de lo que se sabe y la denominación ‘clave’ frente a las tradicionales ‘básicas’ implica que son la llave para adquirir otros desempeños en el futuro de mayor complejidad.  Solo un aprendizaje permanente mediante la adquisición de competencias clave permite  a la persona formar parte activa de nuestra sociedad.

En la LOE ya se hablaba del aprendizaje permanente basado en competencia básicas, sin embargo, no coinciden con las ocho competencias clave propuestas por la Unión Europea. La diferenciación entre competencias, conocimientos, habilidades y actitudes difiere de la integración de estos tres últimos dentro del mismo concepto de competencias tal como propone la UE. La separación entre competencia para la lengua extranjera y la lengua materna da un carácter instrumental al dominio de una segunda lengua; la competencia matemática, científica y técnica aúna el pensamiento científico y matemático a diferencia de las tradicionales competencias básicas.

La LOMCE sigue sin abordar cambios sustanciales ya que se sigue hablando de competencias básicas y, conocimientos, habilidades y actitudes. Todo ello hace que los profesionales de la educación no sean conscientes del gran cambio que supone el aprendizaje por competencias, una forma más práctica y útil de aprendizaje para que las personas de la sociedad de hoy en día. Para llevar a buen término todas estas políticas educativas es necesario la implicación de todos los agentes activos en el sistema educativo, esto es, políticos, docentes y equipos directivos de los centros educativos y es necesario formar al profesorado y darles pautas para su aplicación metodológica dentro del aula.