Ayudar a impulsar en nuestro alumnado una educación emocional que contribuya a su desarrollo integral, entendiendo la misma como un proceso global no condicionado por factores socioculturales de género.
Entender las emociones como parte inherente a la propia vida y a la vida en sociedad, no diferenciando entre emociones negativas o positivas, sino como parte del proceso de crecimiento personal y una oportunidad para establecer relaciones afectivas basadas en el respeto y el cuidado en diversos entornos cercanos al alumnado.
Ayudar a nuestro alumnado en la elaboración de un autoconcepto ajustado a la realidad, que contribuya a una autoestima que refuerce la confianza en sus posibilidades y que sea la base de sus relaciones entre iguales, basadas en el respeto y la igualdad.
Comprender que las emociones no tienen género, y que todas y todos las tenemos en mayor o menor medida visibles debido a la construcción social dominada en la actualidad por el patriarcado; entendiendo que una educación emocional integral ayudará al desarrollo de una sociedad más justa e igualitaria.