La conclusión a la que llego después de varios meses haciendo el curso “El portafolio educativo como instrumento de aprendizaje y evaluación" es que un portafolio es un elemento polisémico y poliédrico al que es muy difícil poner límites.

Existen mil herramientas de muy variada naturaleza, blogs, páginas web, plantillas en google sites,... Más muchas otras posibilidades que podemos imaginar,... ¿por qué no un perfil en instagram? ¿por qué no una app desarrollada al caso? ¿por qué no un perfil en una red profesional como Linkedin o BeBee? ¿por qué no un pod cast?,...

De esta manera, es un elemento con un potencial para el aprendizaje brutal pero definir una rúbrica para evaluarlo es muy peliagudo, ya que podemos estar obviando información interesante para ciertos casos o minusvalorar otros datos que pueden llegar a ser imprescindibles en otros.

En este sentido es muy instructivo partir de la rúbrica que ha propuesto el grupo C2 que he localizado en el siguiente portafolio: https://sites.google.com/site/portfoliofilosofico/home. Y en el que se establecen como criterios de evaluación los siguientes: portada, objetivo, evidencias, organización, ortografía, navegación, originalidad y multimedia.

Añadiría facilidad de acceso, aconsejando evitar redes que obliguen al usuario o usuaria a registrarse (tal es el caso de Procomún o Tumblr). En este sentido, entiendo que es determinante la facilidad para su localización, aconsejando el uso de etiquetas que permitan ser identificados por personas interesadas en la temática del mismo.

Obviaría cuestiones formales como la portada, el objetivo, la ortografía,... porque aportan poco valor al portafolio de colegas de profesión que entiendo competentes en estas lides.

Aglutinaría en un único apartado todas las cuestiones relacionadas con la navegación, la organización y la originalidad.

También evitaría mezclar sistemas de evaluación. Si estamos empleando una rúbrica, el empleo del sistema 3x1 puede llegar a despistar las futuras modificaciones que se propongan al interesado o interesada. Veo, en este sentido, más significativo, establecer porcentajes de ponderación para cada criterio de evaluación permitiendo que sea el propio interesado el que decida qué aspectos destacan (y por los cuales debe sentirse orgulloso/a), cuáles debe mejorar y ser responsable y autónomo para establecer sus propias sugerencias de actuaciones futuras.

De esta manera:

Si consideramos esta rúbrica, el portafolio que ha planteado nuestra compañera es brillante en los dos primeros aspectos pero mejorable en el tercero. Y las posibilidades de mejora son infinitas,... lo ideal, "que disfrutes de su elaboración".

Esta sencilla rúbrica puede ser muy útil para aquell@s que estamos en el propósito de iniciar y/o completar nuestros portafolios profesionales. De hecho, visto lo visto en este curso me lancé a abandonar mi blog y montar una página web en la que ir subiendo todos los materiales que he ido reuniendo a lo largo de mi carrera. Y son muchos los momentos en los que sobrepasada por la cantidad de trabajo, he perdido el norte. Esta sencilla rúbrica puede llegar a ser un buen flotador de salvación.