Implicaciones de considerar en una sola competencia tres áreas de conocimiento
Hablar sobre la competencia matemática y las competencias básicas en ciencia y tecnología es un reto y una oportunidad para alguien que, como yo, se siente muy vinculado al área de las humanidades.
Para realizar el análisis, he elegido un Trabajo Fin de Grado titulado "Propuesta didáctica para la enseñanza de una química básica en educación primaria", de la estudiante de Magisterio de la Universidad de Valladolid, Sonia de Cea Martínez, encontrado en Google Scholar, y el post "Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología", publicado por el docente Juan M. Ortiz en su blog Tecnología y ESO, encontrado en el buscador de Google.
Ambas propuestas tienen algo en común si se contempla trabajar a partir de la competencia matemática y las competencias básicas en ciencia y tecnología: evidencian las posibilidades de plantear retos cognitivos más complejos en el aula, tanto en primaria como en secundaria; son propuestas multidisciplinares que unen las fronteras ficticias que existen entre las asignaturas; permiten formular experiencias del mundo real en el aula; ofrecen la posibilidad al docente de asumir un papel de guía y coordinador del aprendizaje, así como de trabajar de manera interdisciplinar junto a otras y otros docentes y al alumnado un papel activo para asumir y resolver el reto planteado, porque experimentan, reflexionan y comunican lo que hacen y piensan durante el proceso, entre otros muchos aspectos.
La propuesta de Sonia de Cea consiste en identificar el Modelo de Cambio Químico en un aula de tercer curso de primaria, mientras que Juan M. Ortiz hace una reflexión posterior a la construcción de modelos a escala que realizó su alumnado en la asignatura de Tecnología, que le costó la crítica de una compañera de Matemática por ser "un intruso pedagógico", sólo porque para construir los diferentes modelos era necesario utilizar la competencia matemática, un asunto que planteó al resto de docentes en una reunión en la que se originó la crítica. Sólo pidió trabajar de manera mancomunada.
La competencia matemática y las competencias básicas en ciencia y tecnología, planteada como una sola, es una realidad curricular, el reto es para las y los docentes que deben asumir un papel activo en su propia formación, para convertir las aulas en lugares de máximos aprendizajes para el alumnado.
Aquí puedes ver el comentario en mi blog: https://chicomichelli.wordpress.com/2016/02/15/implicaciones-de-considerar-en-una-sola-competencia-tres-areas-de-conocimiento/