Oscura Reflexión entorno a las Competencias y a la Educación

María José Muñoz
Àrea de coneixement
Context educatiu
572 Visites
Compartir

Antes de comenzar con mi reflexión quiero decir qué soy profesora de Formación Profesional, hecho que sin duda influirá   sobre lo que pueda opinar al respecto de este “fenómeno”.

De hecho ha sido para mí una sorpresa (lo digo con un poco de vergüenza) encontrarme con este contenido. Pensaba que el curso me llevaría a buscar procedimientos o planificarlos de manera efectiva para que los alumnos alcancen las competencias de las que se habla en los currículos, que en el caso de FP están expresadas en paquetes o unidades de competencia, desglosándolas después. Este es un ámbito que después de mis 22 años de docencia sigo sin manejar  con soltura a niveles teóricos (mea culpa) aunque no desisto.

Disipada mi sorpresa, el tema es mucho más amplio y desde luego mucho más complejo, ya que nos estamos refiriendo a la educación básica y aquí sí, creo que sí me refiero a lo mínimo, por esencial y necesario para que los alumnos y alumnas se puedan ir enfrentando a todos esos retos que supone crecer,  desarrollarse y madurar dignamente en esta sociedad qué nos ha tocado.

Después de haber leído el artículo, para mí, es inevitable afrontar  este “Paradigma Educativo” con reservas y con un cierto pesimismo.

Aunque la concepción del cambio sea adecuada conveniente y revolucionaria, nace desmembrada desde el marco legislativo dato nada positivo para su correcto desarrollo y desempeño.

Sin querer parecer pesada, no quiero dejar pasar este dato que relato ya qué para mi desempeño profesional (me imagino que también para el de otr@s) ha sido relevante: Cuando empecé a trabajar hace ya más de20 años, en lo que entonces se llamaba “Prácticas”, si  el grupo de alumn@s sobrepasaba los 15, se le adjudicaba dos docentes. Esto con la LOGSE (y creo que puedo decir qué fui seguidora más o menos entusiasta de esa  ley) cambió y ha seguido cambiando a peor, hasta los ratios de hoy en día. Lógicamente hablo de mi especialidad y etapa por qué es lo que vivo, pero soy consciente de  que en otras etapas la situación es más grave.

Cualquier cambio sustancial necesita unos medios que hagan posible de manera adecuada su implantación y me parece que la situación actual en la qué nos encontramos  no es la más idónea para hablar de medios.

Desgraciadamente hoy por hoy,  la FP es una de las etapas que más sufre la proliferación de ese alumnado falto de capacidades, conocimientos, actitudes y lo que es peor, de intereses (probablemente los que hacen que esos informes PISA sean poco favorables para nuestro sistema) Desde mi poca capacidad para “EL CAMBIO” en mayúsculas, creo que solo se podría conseguir con un buen plan a largo plazo, estructurado desde las aulas, pero con cimientos fuera de ellas.

¿Cómo va a influir este cambio (Educar en competencias clave) en mi trabajo diario? Nosotros  llevamos ya, unos cuántos años trabajando mejor o peor en competencias, y un cambio a mejor en el alumnado (a peor es imposible) siempre va a redundar en beneficio de todos.

En cuanto a lo que se dice en el artículo de afrontar los retos, qué la globalización, el multiculturalismo y las tecnologías de la comunicación suponen en la realidad social de nuestro tiempo, estoy de acuerdo  que debe ser  la educación quien dé las respuestas: a mí me falta fuerza para transmitirlo ya qué además de globalizada, multicultural y tecnológica, la sociedad es más que nunca una gran jungla, a la que  enviamos a nuestros educandos a” matar o morir”

Es difícil hacer entender a nuestros jóvenes (aunque sea necesario, desde luego) que la formación a lo largo de la vida va a ser un pilar  fundamental, cuando están viendo lo que les está costando acceder al mundo laboral y ser individuos autosuficientes en las necesidades básicas a  las generación que van por delante suyo.

Como demuestro con mi reflexión, mis conocimientos pedagógicos teóricos, así como su léxico son muy ajustados. Por eso agradezco sinceramente el trabajo de las personas  que llevan a cabo labores de  investigación e innovación educativa. Está claro, que hay mucha gente haciéndolo, y menos mal porque afrontar este cambio va a representar más que un gran esfuerzo y como de costumbre, los docentes tendremos que ser los artífices (somos mayoría frente a los políticos y los representantes empresariales)