EDUCACIÓN PRESENCIAL Y A DISTANCIA, ESTABLECIENDO NUEVOS PARADIGMAS.

La educación se vislumbra como un derecho y un deber abocado para lograr el desarrollo del ser humano, así se encuentra establecido en la legislación nacional y los diferentes documentos ratificados por Venezuela, a través de convenciones o acuerdos internacionales; sin embargo, actualmente se hace prioritario el ejercicio de este derecho, al necesitar personal que presente características propias de formación, con las cuales le permita embatir las actividades de su vida como miembros activos dentro de la sociedad
En este sentido, con el auge cada vez acelerado con que avanza la educación, las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones juegan un papel elemental, al modificar los esquemas existen y llevando a pensar nuevos formatos para la educación que se desarrolla en las instituciones o centros universitarios (Anijovich, 2015), permitiendo la integración de diversos recursos considerados en la educación presencial, así como la masificación de los procesos de enseñanza y aprendizaje adecuados y de calidad, como alternativa válida inmersa en la educación a distancia, para favorecer la inclusión de un mayor número de participantes, que por diversas razones, no pueden acceder a la formación académica tradicional.
Siguiendo en la misma línea, la educación a distancia hoy día reviste gran significación al permitir el acceso a un número considerable de personas, las cuales manifiestan comodidad con esta opción educativa al desarrollar las actividades y ejercicios desde la comodidad de sus hogares, así como empleando diversos horarios que se ajusten a sus compromisos sociales y personales, a la vez que en el devenir del tiempo, en algunos casos, asisten a los centros o instituciones en cuestión para presentar pruebas parciales que, generalmente, condensan gran cantidad de contenidos de acuerdo a los materiales y recursos educativos que son objeto de estudio.
En este orden de ideas, la influencia de las tecnologías de la comunicación en la sociedad, ha sido considerada desde los últimos años, aunque en el ámbito educativo es relativamente reciente su empleo, cuando se ha dado un cambio en la brecha que abarca los procesos formativos, y en este sentido se estima realizar una valoración sobre las discrepancias y similitudes entre la educación presencial y la educación a distancia.
En primer término, la educación presencial ha sido abordada desde los orígenes mismos de la humanidad, desarrollada en la transmisión de generación en generación de forma oral, y pasando los años con el empleo de las tecnologías y recursos propios de cada época, como señala Guerrero (2006) se agregaron nuevos elementos “no solo para comunicarse, sino para pensar almacenar y organizar información” (p. 80), esto es el modelo de las primeras escuelas tanto en artes, oficios y saberes, que han evolucionado a los grandes centros de conocimiento como se aprecian hoy día.
Con respecto a la modalidad de educación a distancia, ha venido en evolución desde la implementación de medios y recursos comunicativos para su desarrollo, siendo el primero de ellos, el uso de la correspondencia por correo, y atravesando el abordaje de la radio, la televisión, el teléfono, las videoconferencias, así como la mediación por una computadora con uso de internet (Pereira, s/f; García, 2001; Kaplún, 2001; Guerrero, 2006), siendo estas últimas las que han venido prosperando desde hace diez años, debido a que han favorecido a modificar los esquemas y posiciones que se tenían preconcebidas sobre la gestión de la clase tradicional, es decir bajo el enfoque de una educación presencial, que considera el texto o libro como recurso primario por excelencia, limitando su acceso en la actualidad tanto de costo, como la dificultad en la adquisición por escasa producción.
Por una parte, dentro de los procesos de enseñanza y aprendizaje propiamente dichos en ambas alternativas, se puede evidenciar que las mismas cuentan con puntos de contacto en la presentación que realiza el tutor o asesor sobre sí mismo, pero además de los temas a ser abordados, los objetivos de estudio, las estrategias de aprendizaje, la evaluación y las fechas o períodos en que se debe cumplir con la planificación y valoraciones frente al caso; asimismo el participante o alumno también se presenta con sus características, estudios, entre otros aspectos que son estipulados según las indicaciones dadas. Hernández (s/f) considera que en todo caso ante cualquiera de las alternativas, estas son compatibles en el cumplimiento del programa académico respectivo.
Seguidamente, se cuenta en la educación presencial con la asistencia obligatoria por parte del individuo a la planta física del centro educativo, donde converge junto con los demás participantes, con quienes comparte intereses y edades similares, convirtiéndose en un grupo homogéneo, estando sujetos a la rigurosidad de las cargas horarias y subordinando sistemáticamente sus otros roles al de estudiante (Ministerio de Educación, Política Social y Deporte, 2008), además contando con la presencia del profesor quien imparte la clase siguiendo un enfoque centrado en los contenidos para cumplir con las exigencias curriculares, a la par de la gestión de un aprendizaje cooperativo.
Por otro lado, la educación a distancia se presenta como una opción cómoda, con horarios flexibles y dependiendo de las particularidades de cada sujeto; en caso de ser semipresencial, al realizar estudios de textos y cumplir con pruebas escritas; al ser en línea o virtual existe la limitante de contar con un equipo computador de mesa o portátil y conexión a internet; en ambos casos, el aprendizaje es constructivo pues existe un sentido de responsabilidad y compromiso en la persona que se decida por esta alternativa de formación, con mayor confianza para comunicarse y estudiando según sus potencialidades (Rondón, 2015). En este caso, la interacción entre pares no es inmediata y el grupo es más heterogéneo, a la vez que el profesor o tutor se convierte en mediador de los procesos de enseñanza y aprendizaje a través de diversos canales de comunicación e interconexión de saberes, estudiando cada sujeto a su propio ritmo.
Finalmente, es lógico suponer que hoy día las tecnologías de comunicación juegan un papel trascendental en los procesos formativos, al diversificar las formas en que se cautiva la atención de los escolares y donde el tutor propone, diseña y gestiona diversos recursos para dinamizar el hecho educativo; no obstante, se debe recordar que las tecnologías no son el remedio para las vicisitudes y problemas acaecidos en la educación. Por otro lado, la educación no puede estar alejada de los cambios y opciones en que se puede gestar los nuevos procesos de enseñanza y aprendizaje, en donde los estudiantes se desempeñen bajo un enfoque constructivista y el tutor o profesor sea un mediador acorde con el uso y aprovechamiento de los recursos tecnológicos para ejecutar las actividades de la educación a distancia.
Ambas alternativas son válidas y responden a intereses y particularidades de cada uno de los sujetos que deseen cursar estudios, mientras unos prefieren concurrir al aula de clases y compartir directamente con sus compañeros, aprovechar una comunicación más directa, otro tanto de estudiantes se siente más cómodo en su hogar o en un café internet (Cyber) y debatiendo abiertamente con sus compañeros a través de chats o videoconferencias, enriqueciendo en los dos casos su repertorio cognitivo, y tributando a afianzar las destrezas y habilidades propias del estudio que desee culminar satisfactoriamente.
Referencias:
- Anijovich, R. (Ponente). (2015). Los docentes y su relación con las TIC - Debate 3 [Video en línea]. Buenos Aires, Argentina: Debates acerca de las tecnologías en la enseñanza (de) hoy / Ministerio de Educación. Disponible: https://www.youtube.com/watch?v=NELNSxR6pDM [Consulta: 2016, Enero 27].
- García, L. (2001). Educación a distancia de la teoría a la práctica [Documento en línea]. Editorial Ariel. Barcelona, España. Disponible: http://cecou.edu.ve/moodle/pluginfile.php/8957/mod_page/content/9/U_II_GARCIA.pdf [Consulta: 2016, Enero 28].
- Guerrero, E. (2006). TIC´s y formación docente. Dialéctica, Revista de Investigación Educativa, 1(3), 77-95.
- Hernández, K. (2010). Diferencias y semejanzas entre la educación presencial y educación a distancia [Mensaje en un blog]. Disponible: http://aprendizajeautonomo-enlais.blogspot.com/2010/03/diferencias-y-semejanzas-entre-la.html [Consulta: 2016, Enero 25].
- Kaplún, G. (2001). El curriculum oculto de las nuevas tecnologías [Documento en línea]. Universidad de la República, Uruguay. Disponible: http://cecou.edu.ve/moodle/pluginfile.php/8952/mod_page/content/10/U_I_KAPLUN.pdf [Consulta: 2016, Enero 28].
- Ministerio de Educación, Política Social y Deporte. (2008) Modalidades de la educación básica para personas adultas [Documento en línea]. Instituto superior de formación y recursos en red para el profesorado, Subdirección General de Información y Publicaciones. Madrid, España. Disponible: http://www.ite.educacion.es/formacion/materiales/90/cd/cursofor/cap_1/cap1c.htm [Consulta: 2016, Enero 28].
- Pereira, L. (s/f). Estudio Comparado de la Educación Superior a Distancia en Iberoamérica [Documento en línea]. Disponible: http://cecou.edu.ve/moodle/pluginfile.php/8957/mod_page/content/9/U_II_PEREIRA.pdf [Consulta: 2016, Enero 28].
- Rondón, D. (2015). Actitud de los estudiantes desplazados ante la formación de valores patrios (Diseño, Ejecución y Evaluación de Programa de Orientación Cognitivo Conductual). Trabajo de grado de maestría no publicado. Centro de Investigaciones Psiquiátricas, Psicológicas y Sexológicas de Venezuela. Núcleo Táchira.