Una experiencia en la Educación de las humanidades en ESO y Bachillerato en la era de Internet

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Abstract
La reflexión sobre la educación adquiere, máxime hoy día, connotaciones especiales,
sobre todo cuando se trata de describir aquello que es, pero también hacer
referencia y tratar de razonar sobre cómo la adquirimos o en que lugares se consigue,
por quién es tutelada y, sobre todo, hacia dónde se dirige. En el vídeo entrevista2
a Fernando Sabater, el filósofo comenta que “[…] la filosofía tiene como
objetivo reflexionar sobre lo real, sobre lo que pasa. No sobre lo que dijo Platón o
Aristóteles, sino que sería aquello que ocuparía a Platón o Aristóteles si estuvieran
hoy aquí.” La reflexión sobre la educación debería tener, pues, muy en cuenta, a
mi entender, las nuevas tecnologías e Internet como parte activa y no como una
mera herramienta.

El artículo que sigue pretende tratar de explicar la primera aproximación de un
profesor recién llegado a las aulas de secundaria en España (aunque no creo que
se diferencie mucho de las problemáticas que pueden encontrarse en otros países),
y cuánto difiere, si se da, de lo que tenía pensado que iba a encontrar.
El mundo de la educación, desde el punto de vista de profesor, pasa por
comprender todo lo que sucede en el contexto que lo rodea. El elemento más
importante es el alumno y su aprendizaje. Enfrentarse a las peculiaridades del
adolescente, de entender sus puntos fuertes y débiles, será la clave para discernir

cual va a ser el problema al que el profesor se enfrenta al intentar transmitir los

conocimientos que pretende, o mejor, tratar de ayudar al alumno a construir ese
conocimiento por sí solo.
No hago esta distinción en vano, ante la primera aproximación a la educación
pensaba que, como profesor, debía transmitir todo, o parte, del conocimiento
que he adquirido a lo largo de mis estudios de Licenciatura en Filosofía. Una
vez en el Máster de Profesor, y como docente en el aula, he llegado a entender
que el docente es uno más en el proceso de construcción de conocimiento que el
adolescente hará a lo largo de su paso por la escuela, contando con la ayuda de
otros elementos que después iré anotando.
El adolescente está en un momento de nueva configuración, y no sólo de
construcción de conocimiento como apuntaba antes, sino que está construyendo
su propia identidad, y en ese proceso la escuela, el profesor, pero también las
familias, el entorno social más próximo y los amigos, tienen un peso importante.
En este desarrollo3 la escuela y el profesor juegan un papel crucial, la controversia
inicial sería sobre la participación de la escuela en dicho desarrollo y en si interviene
o no sobre el individuo, de si actúa como motor o como simple testigo – este
punto quedará más desarrollado después de esta primera introducción sobre el
adolescente.
La reflexión que sobre la etapa de la adolescencia – considerando la misma
como una transición del niño hacia la vida adulta – se pueden tener son, por lo
general, negativas, una concepción, así pues, de una etapa conflictiva. Teniéndola
en cuenta como una etapa de tormento en la que el adolescente se ve inmerso
en momentos de dificultades ante el período que le está tocando vivir. Ya no es
un niño, pero tampoco es un adulto. Se está enfrentando a unos cambios físicos
propios de la pubertad, no sólo cambios físicos sino de desarrollo cognitivo.
Cambios que le afectaran no únicamente en lo individual sino en la forma de relacionarse
con su contexto social más próximo. Estos cambios afectan psicológicamente
al adolescente ya que se están creando una nueva imagen de sí mismos.
Es esta una etapa importante ya que se está formando un cambio relevante en la
adquisición de conocimiento, y en la que hará una valoración de la consecución
de los mismos, tendrá conocimiento de su conocimiento, del pensar sobre el
pensar, de razonar y reflexionar sobre el pensamiento o la razón (meta-cognición).
La adquisición y desarrollo de estas capacidades le ayudará a su progreso
de obtención de conocimientos.
Todo esto guiará al joven hacia un proceso de búsqueda de su propia identidad
donde irá consolidando su autoestima, donde hará un proceso de deconstrucción
de su yo anterior e irá edificando el propio nuevo, donde pasará de un
quien soy a quien quiero ser, que lo llevará finalmente a lo que será su yo adulto.
Ahora bien, la adquisición de esta, su nueva, identidad, no es intra-sujetiva,
no la realiza él sólo, la hace en el seno de su entorno social más próximo,
de su familia, amigos, del contexto escolar, pero también de las relaciones que
ya, como cuasi adulto, va estableciendo con el resto de la sociedad. Una relación
donde va construyendo una alteridad, donde no sólo tendrá conciencia de su
nueva identidad sino que los demás también tendrán una nueva visión de él.
Es este el momento en el que el adolescente evaluará la forma de actuar
del resto de individuos de su entorno, especialmente los de su entorno más

próximo. Y aquí entra, de manera incisiva y cortante, la figura del profesor, que
será de vital importancia ya que contribuirá directamente en la progresión en la
construcción de conocimiento del estudiante. La figura del profesor modelo y la
relación que tengan será crucial para el buen término de nuestro objetivo como
docentes, compartir el crecimiento personal e intelectual con nuestros alumnos,
ayudando en esa cimentación del conocimiento.
Una vez expuestos estos argumentos psicológico-educativos queda enfrentarse,
ponerse delante del alumno, para convenir qué y cómo vamos a tratar de
transmitir esos conocimientos. Como podemos tratar de encarar, sin oponernos,
a ese individuo que está en construcción para colaborar en la cimentación de ese
nuevo yo adulto.
En este proceso de aprendizaje la adquisición de conocimiento por parte
del alumno tiene diversas fuentes, esenciales para el buen avance de todas las potencialidades
que puede desarrollar el adolescente y que lo llevaran hasta la edad
adulta. Por un lado de sus experiencias previas – teniendo en cuenta los significados
culturales propios que compatibilizará con los que está construyendo –,
pero también es sumamente importante, como decía anteriormente, posicionarse
como motor y no permanecer como simple testigo, el profesor debe definirse y
acompañar al joven en los procesos de construcción de significado y atribución de
sentido propios de esta etapa del aprendizaje.
En esta actividad conjunta se formarán los tres vértices del conocimiento,
por un lado el alumno, por otro los contenidos académicos, y por último el
profesor, como mediador entre uno y otro en el proceso de construcción que
emprende el joven en la escuela. Es interesante en este punto señalar que la ayuda
que presta el docente en este desarrollo es una ayuda ajustada, ZDP – Zona
de desarrollo próximo –, para que el estudiante pase de su Nivel de desarrollo
real – aquellos conocimientos que tiene el alumno y que le permiten llegar por sí
mismo – a su Nivel de desarrollo potencial 4– aquellos conocimientos a los cuales
el alumno puede llegar con ayuda.
El proceso comunicativo y discursivo del profesor será muy importante
para conseguir involucrar al estudiante en los objetivos de aprendizaje, diagnosticando
la comprensión, haciendo una evaluación continua de la práctica educativa
y proporcionando estándares claros. Así conseguirá ampliar, si ello es necesario,
las motivaciones – encontrar los motivos – que el alumno necesita para
que pueda, con ello, realizar el esfuerzo necesario para el logro de los objetivosmotivación5.
Evitar la desmotivación del alumno es uno de los grandes retos a los
que se enfrenta el docente.
El profesor pues, y para concluir en este apartado, debe ir haciendo una
transferencia gradual del conocimiento para favorecer el aprendizaje, es decir,
debe estar atento a la evolución del alumno para ir dando cada vez menos ayudas
y substituirlas por ayudas indirectas a medida que este vaya llegando a su objetivo.
Con el fin así de llegar a la máxima autonomía del estudiante.
Uno, cuando se enfrenta a esto – ya desde mi primera aproximación a la
docencia –, tiene que utilizar todos aquellos recursos que pueda, de lo que conoce
o cree conocer, de su experiencia, lo que conlleva tirar, también, de todos los

prejuicios que se ha tenido hasta el momento. Con respecto a la fórmula docente
uno no tiene muy claro como se va a acercar al alumno, así pues que pensé en hacer
un acercamiento según la práctica de la que había sido partícipe durante mi
época, todavía actual, de estudiante. Pero, como bien apunta Ken Robinson, estamos
ante un cambio en el Paradigma del Sistema Educativo6, un momento en
el que nuestros jóvenes tienen una velocidad en su entorno social, no hace falta
extendernos en este punto con el uso de las TIC – nuevas tecnologías de la información
y la comunicación –, y que son obligados a frenar bruscamente en la
puerta de las escuelas. El motivo está claro, tenemos aulas y sistemas educativos
del Siglo XIX, con profesores del Siglo XX y alumnos del Siglo XXI. Postman7
apunta que la dirección de las preocupaciones a las que hemos orientado los
esfuerzos para las mejoras en el ámbito educativo ha hecho que no tengamos en
cuenta las relaciones de padres, alumnos y profesores a la hora de hablar de escuela.
Este distanciamiento, desde mi punto de vista, es clave para poder dar una
explicación a la problemática que el profesor se encuentra cuando se enfrenta
al alumno. En la era de internet el docente sigue mostrando, mayoritariamente,
sólo una cara ante un alumno que le mira con ojos como platos, expectante, atento,
interesado, pero también vigilante y preocupado por ver si sus esperanzas son
satisfechas. Y no, por lo general, no parecen ser satisfechas. El fracaso del sistema
educativo actual parece claro a tenor de los resultado del 25%8 de abandono del
sistema educativo prematuramente.
Ante estas perspectivas ¿cómo disponerse frente al alumno? Por lo que a
mí respecta también con los ojos como platos, expectante, atento, interesante,
vigilante y, como él, también preocupado, aunque con una diferencia, con una
ligera idea de como cambiar ese rumbo, aunque sea únicamente de mi nave.
Me dispongo a hablar el mismo lenguaje que él, mejor si cabe, involucrarme en
el aprendizaje y perfeccionamiento de las TIC. Pienso que el secreto está en el
conectivismo9,una teoría de aprendizaje para la escuela digital. ¿Por qué hacer
frenar a los jóvenes ante nuestra escuela? ¿Porqué no dejar que sigan su ritmo?
Los adolescentes de nuestros centros están constantemente conectados a sus móviles,
a redes sociales, a internet. ¿Por qué no hacer lo mismo con su educación,
con la manera en que les impartimos nuestras materias? La respuesta, para mí,
es clara, los profesores, en su amplia mayoría, no hablan ese mismo lenguaje. No
conocen, y mucho menos dominan las nuevas herramientas y los cientos, o miles,
de recursos de que podrían disponer para dar sus clases mucho más atractivas,
mucho mejores para que el alumno pudiera encontrar los motivos para realizar
el esfuerzo necesario para aprender. En mi opinión, básico para la construcción
de conocimiento tal y como intento mostrar en el mapa conceptual adjunto.
Así pues, y como conclusión, decir que, bajo mi punto de vista, cabe examinar
exigentemente la formación del profesorado, no en cuanto la materia que
imparte, más referente a los recursos que puede utilizar y dominar para tener
éxito en este acercamiento para la conducción y acompañamiento del estudiante

en esta etapa y paso por la escuela. Para educación en la era digital hay que establecer
las bases, redefinirlas si es necesario, para que no sea únicamente el alumno
el que tenga que adaptarse sino que también el profesor tenga que realizar ese
esfuerzo. Sólo así podremos involucrar, con éxito, a la mayor parte de nuestros
estudiantes. Examinar que nos pueden aportar las nuevas tecnologías en nuestras
materias se muestra, en estos momentos, prácticamente obligado. La escuela del
futuro, la escuela de las TIC, es ya la escuela del presente, y si la tenemos aquí nos
debemos adaptar a ella lo más rápidamente posible.

 

Notas

1 La bibliografía básica de ese artículo es: onrubia Javier, "El papel de la escuela en el desarrollo
del adolescente", en martí Eduardo y onrubia Javier, (coord.), Psicología del desarrollo. El mundo del
adolescente, Barcelona: ICE, HORSORI, . (pp. 17-26); moreno Amparo, "Los estudiantes de educación
secundaria: características y contextos de desarrollo y socialización", en coll César, (coord.), Desarrollo,
aprendizaje y enseñanza en la educación secundaria. Vol. I. Editorial Graó. (pp. 11-25); de la serna María
Gil y escaño José, "Motivación y esfuerzo en la educación secundaria", en coll César, (coord.), Desarrollo,
aprendizaje y enseñanza en la educación secundaria. Vol. I. Editorial Graó. (pp. 131-148).
2 Sabater Fernando, La Filosofía e Internet.

3 Voy a hablar ahora únicamente del papel de la escuela y del profesor, no por ser más importantes
que los otros elementos contextuales, familias o amigos, sino por ser el tema a tratar por una cuestión de
limitación temática de mi artículo.

4 Teoría pedagógica de Lev semiónovich vygotsky. Texto publicado originalmente en Perspectivas:
revista trimestral de educación comparada, París: UNESCO, Oficina Internacional de Educación, vol. XXIV,
nos 3-4, 1994, págs. 773-799.
5 Para una ampliación posible queda la reflexión sobre las posibilidades y recursos que el profesor
debe encontrar para motivar al alumno y que quedan presentados, sólo conceptualmente, en el mapa conceptual
que incluyo.

6 http://www.youtube.com/watch?v=AZ3JmuaUrxs. Consultado por última vez 13 de diciembre
de 2012.
7 postman Neil, El fin de la educación. Una nueva definición del valor de la escuela, Vic:
Octaedro, 1999.
8 vvaa, Educació Avui. L'estat de l'Educació a Catalunya. Anuari 2011. Barcelona: Fundació
Jaume Bofill. Septiembre de 2012.
9 Traducción de Connectivism, teoría desarrollada por George Siemens que también es uno
de los creadores de los MOOC – Massive Online Open Course, que han cambiado completamente
el concepto de educación y enseñanza en el ámbito universitario.