BALANCE FINAL DEL CURSO EN MI DIARIO DE APRENDIZAJE

ANA MELLADO
Área de conocimiento
Contexto educativo
1468 Visitas
Compartir

BALANCE FINAL DEL CURSO:

 

 

 

Fuente :http://www.alimentacion-sana.net/cursos-online/cocina-vegetariana-curso-online

 

Llegamos al final del Viaje: el curso llega a su fin. Ha sido un curso muy interesante a título personal (yo lo 

 

escogí principalmente para formarme en materias de salud y alimentación, hábitos de vida saludables así como valorar la importancia de llevar una vida sana y equilibrada) y por supuesto me ha servido como profesional para interesarme por la alimentación, el desarrollo y el bienestar físico de mis alumnos.

 

VALORACIÓN 3X1 DEL CURSO

 

* Muy buena recopilación de Documentos, información general , bloques de contenidos muy atractivos e interesantes y Gran soporte de tutoriales y enlaces de Herramientas TICs.

 

* Buen apoyo y comunicación con la tutora del curso para resolver dudas, incidencias, orientarnos de manera clara y rápida en el desarrollo de las actividades.

 

* Buena participación e implicación de todos los miembros del curso para realizar aportaciones a través de las tareas voluntarias asi como positiva interactuacción en el taller de Coevaluación

 

* Como aspecto mejorable: conceder más tiempo a la hora de soltarnos con las herramientas TICs que para algunos nos ha supuesto echar más horas que con la lectura de los contenidos y la realización de las actividades hasta que "se le pilla el truquillo". También importante sería hacer coincidir las fechas de las actividades específicas con las fechas de las actividades del Bloque en general

 

EVOLUCIÓN DE LOS BLOQUES DEL CURSO EN EL DIARIO DE APRENDIZAJE :

 

Destaco del Modulo 1 del Curso el aprendizaje que para mí fue muy significativo de conocer los grupos de alimentos, las raciones de comida recomendadas para una persona y la transformación de una receta tradicional en una receta más saludable.

 

En el Modulo 2 del curso destaco lo valioso que es conocer lo que comemos a través de estudiar los componentes nutricionales de las etiquetas que llevan los alimentos y el juego que realicé con mis alumnos de un Pasapalabra de la Alimentación para enseñarles jugando las propiedades y beneficios de los alimentos.

Me llamó la atención conocer algunos mitos muy extendidos sobre la alimentación.

 

En el Bloque 3 del curso, tiene especial mención para mi la utilidad de examinar y apreciar los menús que se elaboran en los comedores escolares de acuerdo con la Guía Perseo que establece las recomendaciones nutritivas que debe ingerir un niño para llevar una alimentación equilibrada así como vimos algunas propuestas de cenas muy adecuadas para que los padres tengan en cuenta en la alimentación de sus hijos de casa.

 

Fue también muy curioso reflexionar sobre el día activo de una persona, es decir, estudiar y conocer las actividades físicas y ejercicios que realiza a lo largo de un día y clasificarlas en ligeras o sedentarias, moderadas o de intensidad alta. Todo esto con el objetivo de concluir de que si ha consumido las calorías necesarias para mantenerse en su peso y con salud.

 

Dentro de este mismo Bloque 3, se ha interactuado con los compañeros en un taller donde unos y otros damos a conocer nuestros recursos, experiencias y tareas para compartirlas entre todos.

Por último he aprendido nociones importantes sobre los alimentos que producen mayor riesgo de alergias e intolerancia para ciertas personas que padecen esos problemas de salud: de este modo, se les puede explicar esta información a nuestros niños y potenciar la información de los mismos en los menús de los comedores escolares.

AQUÍ OS DEJO EL ENLACE PARA QUE PODÁIS VISITAR MI BLOG "ALIMENTANDO SALUD":

http://melladovillena.blogspot.com.es/2017/05/balance-del-curso.html

 

RESUMO LA INFORMACIÓN MAS INTERESANTE DEL CURSO:

 

Hoy día, la alimentación es un tema que suscita polémicas y que se encuentra en boca de todos. Los espectaculares avances que han experimentado las ciencias de la alimentación y de la nutrición en las últimas décadas revelan la importancia que tiene llevar a cabo una alimentación adecuada como una de las mejores vías de promoción de la salud y del bienestar físico y emocional

El descubrimiento de los nutrientes y las funciones que desempeñan dentro de nuestro organismo nos ha permitido conocer perfectamente muchas de las propiedades de los alimentos que hasta hace relativamente pocos años se intuían o formaban parte de la sabiduría popular.

Los avances científicos nos introducen a fondo en el mundo de la alimentación y en la relación que los hábitos alimentarios mantienen con la salud. Cada estudio, cada investigación, nos reafirma en que la idea de que la dieta más adecuada es aquella que tiene en cuenta todas las condiciones que nos caracterizan como personas educadas en una cultura determinada, con hábitos alimenticios concretos, gustos, estado de salud, costumbres e ideales, actividad física y estilos de vida diferentes.

Por tanto, no existe una dieta ideal que sirva para todo el mundo, pero sí un criterio universal en cuanto al tipo de alimentos que deben consumirse dentro de la dieta cotidiana, lo que por un lado garantiza que se cubren las necesidades energéticas y nutritivas de la totalidad de las personas que componen una población sana, y por otro, colabora en la prevención de ciertas alteraciones y enfermedades relacionadas con desequilibrios alimentarios.

Alimentación equilibrada es aquella que incluye una diversidad suficiente de alimentos en las cantidades adecuadas, en función de las características de cada persona (edad y situación fisiológica -infancia, estirón puberal, embarazo y lactancia-, sexo, composición corporal y complexión...) y de su estilo de vida (activo, sedentario...), y que garantiza que se cubren los requerimientos de energía y nutrientes que nuestro organismo necesita para mantener un buen estado nutritivo, de salud y bienestar.

¿A qué llamamos nutrientes?

Son las sustancias aprovechables por nuestro organismo que hacen posible la vida y que se encuentran en los alimentos repartidas de forma desigual: hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas y minerales. El agua y la fibra no nutren, pero desempeñan un papel muy importante para el buen funcionamiento de nuestro organismo.

Los nutrientes cumplen las siguientes funciones:

  • Conseguir la ENERGÍA necesaria para realizar las funciones vitales (bombeo del corazón, respiración, mantenimiento de la temperatura corporal...) y el desarrollo de la actividad en general.
  • Hidratos de carbono: simples (azúcares) y complejos (almidón)
  • Grasas y lípidos
  • FORMAR y mantener órganos, tejidos y nuestro sistema de defensas contra agentes externos e infecciones
  • Proteínas: completas (origen animal) e incompletas (origen vegetal)
  • REGULAR todos los procesos que tienen lugar en nuestro organismo para que todo discurra con plena armonía
  • Vitaminas (hidrosolubles -grupo B y C- y liposolubles -A, D, E, K) y minerales

Las sustancias nutritivas no están distribuidas de manera homogénea en los alimentos. En cada uno de ellos, por tanto, predomina uno u otro nutriente. Esto ha llevado a clasificarlos en diferentes grupos, de acuerdo a su afinidad nutritiva o a la principal función que desempeñan dentro de nuestro organismo los nutrientes predominantes en cada alimento.

Los alimentos que pertenecen al mismo grupo pueden ser intercambiables, siempre en las cantidades adecuadas, ya que comparten similares propiedades nutritivas. Esto nos permite variar mucho la dieta sin que se modifique significativamente la composición nutritiva de la alimentación cotidiana. No debemos olvidar que dentro de algunos grupos se registran diferencias en función del contenido graso y de azúcares (lácteos completos o desnatados, carnes grasas o magras, yogures sin azúcar o azucarados...), lo que se traduce en mayor o menor número de calorías.

  • A piramide de la alimentación adaptada a la población española Una alimentación equilibrada debe incluir alimentos de todos los grupos y en las proporciones adecuadas.

    La pirámide de la alimentación es una representación gráfica de las recomendaciones de dieta equilibrada.

    Lo que nos indica es que la base de nuestra alimentación deberían constituirla los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos: cereales, féculas y legumbres (aproximadamente, la mitad de la energía que necesitamos cada día debe provenir de estos productos) conforme avanzamos hacia el vértice, nos encontramos con aquellos alimentos que se han de consumir en menor cantidad o más ocasionalmente. En la cúspide se encuentran, por tanto, las grasas y otros alimentos tales como el azúcar, los dulces, las bebidas refrescantes, algunos precocinados, etc. que se han de consumir con moderación.

    • Pero ¿qué es una ración?

      Las cantidades o raciones y tipo de alimentos a consumir dependen de las necesidades de calorías de cada persona. Como ejemplo, se expone a continuación una dieta normocalórica, de unas 2.200 kilocalorías por día, válida para una adulto de unos 70 kilos de peso que lleva a cabo una actividad física moderada (trabajo sedentario pero realiza ejercicio -caminar, durante una hora cada día).

      Una alimentación correcta, variada y completa, una dieta equilibrada cuyo modelo más reconocido es la dieta mediterránea, permite por un lado que nuestro cuerpo funcione con normalidad (que cubra nuestras necesidades biológicas básicas -necesitamos comer para poder vivir-) y por otro, previene o al menos reduce el riesgo de padecer ciertas alteraciones o enfermedades a corto y largo plazo. Basta con recordar el impacto que tienen en nuestra sociedad las llamadas "enfermedades de la civilización". hipertensión, obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos de la conducta alimentaria e incluso ciertos tipos de cáncer se relacionan con una alimentación desequilibrada. No es, normalmente, una relación directa de causa-efecto, pero sí supone uno de los factores que contribuye a aumentar el riesgo de aparición y desarrollo de dichas enfermedades.

      ¿Qué sabemos de la dietea mediterránea?

      Tanto la comunidad médica como la que trabaja específicamente en temas de nutrición han llegado a un consenso sobre la bondad de la dieta mediterránea tradicional: contribuye a disminuir el riesgo de padecer patologías crónicas (entre ellas, las enfermedades del corazón, el cáncer, la obesidad y la diabetes) que afectan a grandes capas de población en las sociedades desarrolladas. Son características esenciales de esta dieta el consumo abundante de cereales y sus derivados (pasta, arroz, pan...), legumbres, frutas y frutos secos, verduras y hortalizas, con menores cantidades de pescado, aves, huevos y derivados lácteos y aún más reducidas proporciones de carne y productos cárnicos.

      Estos alimentos se condimentan habitualmente con aceite de oliva (aumenta el llamado buen colesterol (HDL-c) y evita la oxidación del llamado mal colesterol (LDL-c-), principal responsable de la formación de placas en venas y arterias) y semillas (grasa similar a la del pescado azul, que reduce el colesterol total, los triglicéridos sanguíneos y la viscosidad de la sangre) y se acompañan (si la persona tiene la costumbre) de un consumo moderado de vino tinto en la comida. Realizar con fecuencia regular ejercicio físico es una característica típica de la forma de vida Mediterránea y un complemento importante de la salud.

      Recomendaciones dietéticas sobre el consumo de alimentos

      Alimentos recomendables

      Leche y lácteos: Todos, salvo los indicados en el apartado de 'alimentos limitados'

      Carnes, pescado, huevos y derivados: Aves y carnes magras (pollo y pavo sin piel, ternera magra, caña de lomo, conejo, solomillo de cerdo o ternera, caballo), hígado, pescados (blanco y azul) y huevos.

      Cereales, patatas y legumbres: Todos. Preferir los cereales integrales a los refinados, aunque depende la dieta de cada persona.

      Verduras y Hortalizas: Todas, a ser posible una ración diaria cruda (ensaladas)

      Frutas: Todas, salvo las indicadas en 'alimentos limitados'

      Bebidas: Agua, caldos desgrasados, infusiones, zumos sin azucarar

      Grasas: Aceites de oliva y semillas (girasol, maíz, soja...), mantequilla y margarina vegetal, frutos secos

      Otros: Mermelada, miel..., salsas y acompañamientos de platos a base de hortalizas...

      Alimentos a consumir con moderación

      Carnes, semigrasa, víscera, jamón serrano, york...: Especial bajo en grasa (3-5% grasas), fiambres de pollo y pavo y otros embutidos grasos, con menor frecuencia o en menor cantidad de consumo

      Cereales y patatas: Bollería casera elaborada con aceite de oliva, bollería que en su composición más se parece al pan (bollo suizo, bizcochos de soletilla...), patatas fritas.

      Bebidas: Bebidas refrescantes, batidos lácteos, bebidas alcohólicas de baja graduación (cerveza, sidra, vinos de mesa)

      Grasas: Mayonesa, nata

      Grasas: Postres caseros, helados, gelatinas, precocinados, salsas comerciales y caseras tipo bechamel

      Alimentos de consumo ocasional

      Leche y lácteos: Leche condensada, lácteos muy grasos (quesos muy maduros o fermentados), lácteos con mermeladas y nata o enriquecidos con nata

      Carnes grasas: (cerdo y ternera grasos, pato), carnes ahumadas o curadas, charcutería (salchichas, foie gras, patés), pescados adobados, salazones, ahumados, en escabeche...

      Legumbres: Aquellas que se cocinan con ingredientes grasos de origen animal (morcilla, tocino, chorizo, etc.)

      Frutas: en almíbar, secas, confitadas y escarchadas

      Bebidas: Bebidas alcohólicas de alta graduación (licores, destilados...)

      Grasas: Manteca, tocino y sebos, aceites de coco y palma (sobre todo en cierta repostería industrial envasada), manteca de cacao y productos que la contengan (chocolate, cremas de chocolate tipo pralines...)

      Otros productos: Snacks (ganchitos, patatas chips, etc.) y productos de fast food, productode pastelería y repostería rellenos o bañados en soluciones azucaradas, chocolateados....

      Consejos para la confección de menús saludables

       

        • Incluir gran variedad de alimentos, pero no en grandes cantidades.
        • Variar al máximo el tipo de alimentos dentro de cada grupo (distintas verduras, frutas, pescado blanco-azul, etc).
        • Respetar los horarios de comidas y no saltarse ninguna.
        • Moderar el consumo de grasas de origen animal (grasas saturadas que tienden a aumentar el colesterol):
        • Eliminar la grasa visible de carnes y aves antes de su cocinado
        • Escoger preferiblemente con mayor frecuencia las carnes más magras: pollo, pavo, conejo, ternera magra, cinta de lomo, caballo... y desgrasar los caldos en frío antes de emplearlos en la elaboración de sopas, etc.
        • Limitar el consumo de fiambres y embutidos, foie gras y patés.
        • Si se toman más de 2 vasos de leche entera o equivalente al día, se recomienda que la cantidad extra sea en forma de otros lácteos bajos en grasa
        • Comer, al menos, con igual frecuencia semanal, pescado (blanco y azul) y 
        • carne. Mínimo: 4 veces pescado a la semana.
        • Tomar, cuando menos, dos piezas diarias de fruta al día, procurando incluir algún cítrico (naranja, limón, mandarina...)
        • Incluir diariamente verduras, una en forma cruda (ensaladas)
        • Legumbres, pastas alimenticias y arroz, entre dos y cuatro veces por semana
        • Incluir cada día cantidad suficiente de cereales como el pan.
        • Limitar el consumo de alimentos muy azucarados y de sal.
        • Beber entre litro y litro y medio de agua al día (4-6 vasos)
        • Se recomienda especialmente el aceite de oliva pero también son interesantes otros aceites de semillas: girasol, maíz, soja (todos ellos, con grasas insaturadas cardioprotectoras). No mezclar aceite de oliva con los de semillas, desechar el aceite quemado que humea y, en general, no utilizar el 
        • mismo aceite para freír más de tres veces. Mantequilla y margarina, mejor en crudo.
        • Distribuir la alimentación en tres comidas principales (desayuno, comida y cena) e incluir alguna colación a media mañana o como merienda, adaptar según horarios y necesidades particulares
        • Son más adecuadas, en general, las técnicas culinarias que menos grasa aportan a los alimentos: al agua -cocido o hervido, vapor, escalfado-, rehogado, plancha, horno y papillote. Consumir moderadamente fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (desgrasar en frío mejora su conservación y su calidad nutricional)
        • Para que la comida resulte más apetitosa se pueden emplear condimentos como hierbas aromáticas, especias...
    • Hábitos de vida sanos, complemento imprescindible en la prevención de enfermedades
  • Evitar el sedentarismo y realizar ejercicio físico frecuentemente contribuye a un mejor control de ciertas enfermedades como la diabetes. Además, mejora la circulación y junto con una dieta hipocalórica (baja en calorías) contribuye a la pérdida de peso. Asimismo, la práctica cotidiana de ejercicio físico aumenta el llamado buen colesterol (HDL-c) y reduce los triglicéridos sanguíneos, refuerza la musculatura y contribuye al bienestar, ya que alivia el estrés y la tensión. El ejercicio debe ser regular, si es posible a diario, adaptado a los gustos del individuo, independiente del tiempo- clima reinante y, lo más importante, debe adaptarse a la edad y posibilidades de cada persona. Tomaremos precauciones en caso de sufrir riesgo cardiovascular y pérdida de sensibilidad nerviosa por el riesgo de lesiones.

 

  • Abandonar los hábitos tóxicos: tabaco, drogas, exceso de bebidas alcohólicas, consumo de medicamentos no necesarios...
  • Aprender a mantener un ritmo vital relajado y evitar el estrés que tanto perjudica nuestra calidad de vida.

EL CURSO LO HE LLEVADO A LA PRÁCTICA CON LOS ALUMNOS A TRAVÉS DE UN PROYECTO: "DESAYUNOS SALUDABLES":

 

Aquí os dejo el enlace por si queréis visitarlo a través de Google Drive :  

 

https://docs.google.com/document/d/1htPHZVHwEPTwxlZF7KFyCKNluxsA0DjHGGd3TocP1pI/edit

 

Fuente: http://www.cooperativasimbiosis.com/eventos-2017/