1.1.- DESCRIPCIÓN DE LA PROPUESTA
En una sociedad globalizada, en la que la multiculturalidad está presente tanto en el ámbito político, social, cultural, académico, etc., la educación intercultural es la clave para conseguir una escuela equitativa y de calidad. Para ello, los docentes, como agentes de cambio y transformación social, deberemos promover culturas, políticas y prácticas inclusivas con la finalidad de asegurar la presencia, participación y aprendizaje, de todo el alumnado, en todos los niveles y etapas de la vida, y con ello construir una escuela de y para todos y todas, donde cada estudiante se sienta el protagonista principal de su aprendizaje, potencie al máximo sus capacidades y logre el pleno desarrollo de la personalidad a través de la educación. Teniendo en cuenta todos estos factores, este proyecto de prevención intenta dar una respuesta ajustada a las necesidades planteadas, desde un enfoque intercultural e inclusivo, planificando, organizando e implementando una serie de actuaciones y actividades con objeto de formar a futuros ciudadanos más humildes, solidarios, justos, tolerantes, respetuosos, libres, promoviendo la igualdad de oportunidades y prestando especial atención a las necesidades derivadas de compensación de las desigualdades (de ahora en adelante NCD) y de las necesidades específicas de apoyo educativo (de ahora en adelante NEAE), que puedan estar presentes en nuestros contextos.
La población diana a la cual va dirigida dicha propuesta, será el alumnado de los dos primeros cursos de la ESO (12-14 años de edad), siendo un total de 5 grupos en 1º de la ESO y 4 grupos en 2º de la ESO, con una media de 22 alumnos y alumnas por grupo y curso. Particularmente, el alumnado objeto de atención directa será el alumnado migrante o extranjero -que proviene de otros países y culturas-, alumnado de minorías étnicas o culturales -cuya identidad cultural y religiosa puede diferir de la mayoritaria-, alumnado en riesgo de exclusión social -jóvenes que debido a su contexto socioeconómico y familiar presentan barreras de participación y éxito educativo- y el alumnado nativo -beneficiarios de la exposición de otras culturas diferentes-.
Además, de forma indirecta se involucrará a los docentes y demás personal del centro, principalmente a los tutores y tutoras de 1º y 2º de la ESO para la aprobación, planificación, diseño y ejecución del proyecto, contando con la colaboración y participación activa de las familias -AFA- y/o tutores legales -especialmente las más vulnerables- así como de agentes externos -comunidad local- que intervendrán en el proceso.
VER ENLACE VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=pNNGmGKotMA
1.2.- FINES Y RETOS DE LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL E INCLUSIVA-ODS
“La educación inclusiva promueve sociedades inclusivas, en las que las personas pueden convivir y se celebra la diversidad. Es un prerrequisito para la educación en y para las democracias basadas en la justicia y la equidad" (UNESCO, 2020, p.18). No obstante, los sistemas educativos actualmente enfrentan tres grandes desafíos al intentar responder a la diversidad cultural (UNESCO, 2005, en Cárdenas & Terrón, 2017):
a) Evitar la uniformidad de la cultura: en el desafío de fortalecer la autoestima y el propio valor cultural individual, mientras se fomenta el respeto por la diversidad cultural, existe el riesgo de perpetuar una homogeneización y asimilación que diluya las diferencias culturales.
b) Formar individuos con diversos valores de interacción, procedencias y mestizajes: el reto es no perpetuar los estereotipos y desconfianzas que la sociedad acepta, sino fomentar nuevas formas de interacción basadas en fundamentos éticos y morales.
c) Fomentar la inclusión y reducir el desequilibrio de posibilidades causadas por el lugar de origen, cultura, situación económica, entre otros factores: existe el riesgo de que la escuela refuerce la fragmentación social y excluya a los colectivos más vulnerables.
Por tanto, el desafío de la educación intercultural consistirá en crear espacios de convivencia que fomenten la colaboración entre diversas comunidades, diferentes establecimientos que representan variadas poblaciones, y dentro de las mismas escuelas entre estudiantes de diferentes orígenes. Se trata de preparar a los estudiantes con las competencias necesarias para vivir y trabajar en contextos multiculturales, enseñar a todos a aceptar y valorar las diferencias culturales, y promover en todos actitudes que defiendan el derecho a la diversidad. Esta es la única manera de aprender a vivir juntos en paz (UNESCO, 2005).
Desde Plena Inclusión, Educación + inclusiva, se destaca:
el derecho del alumnado a que se permita su presencia (estar), participación (sentirse reconocido, formar parte de un grupo y ser escuchado y considerado) y aprendizaje (desarrollar el máximo de sus competencias y autodeterminación), con independencia de su condiciones personales o sociales , así como el deber, desde todos los niveles del sistema educativo y de la mano de todos los y las profesionales que los conforman, de reducir todas las formas de exclusión, marginación/ menosprecio y fracaso escolar presentes en él (Fernández-Blázquez et al., 2022, p. 19).
Para ello, estos mismos autores, señalan que las escuelas deben transformar sus culturas (valores y creencias compartidas), políticas (planes y programas), y prácticas (formas de enseñar, organizar el aula y evaluar los aprendizajes) para disminuir las barreras que dificultan la presencia, el aprendizaje y la participación de muchos estudiantes, y promover los factores que faciliten su inclusión y éxito.
El desafío de la educación inclusiva es asegurar la equidad para todo el alumnado en tres dimensiones: acceso a espacios comunes de educación, participación y convivencia digna, y aprendizaje de competencias básicas para una vida adulta de calidad, sin excluir a nadie por razones personales o sociales. A pesar de los avances, la educación escolar sigue siendo muy excluyente, evidenciada por la segregación, marginación y fracaso escolar de muchos estudiantes (Echeita, 2017).
Por otra parte, siguiendo a Aguado (2003, en Aguado y Del Olmo, 2009), la educación intercultural es un enfoque educativo que se fundamenta en el respeto y la valoración de la diversidad cultural. Está dirigido a todos los miembros de la sociedad y plantea un modelo integral que abarca todas las dimensiones del proceso educativo. Su objetivo es alcanzar una verdadera igualdad de oportunidades y resultados para todos, erradicar el racismo en todas sus formas y fomentar la competencia intercultural en docentes y estudiantes y debe consistir y debe centrarse en aprovechar genuinamente las diferencias, brindando al estudiantado la posibilidad de experimentar y entender las diferencias en una comunidad.
Para estos mismos autores, las metas fundamentales de cualquier iniciativa de Educación Intercultural deberían ser:
a) Potenciar la equidad en la educación: conlleva igualar el nivel de posibilidades para que los estudiantes alcancen su potencial más elevado. Dado que las capacidades de los estudiantes son variadas, la equidad requiere un tratamiento individualizado para cada alumno.
b) Superar la discriminación: abarca la eliminación de cualquier forma de discriminación basada en etnia, género, clase social o discapacidad. El objetivo es erradicar el racismo a nivel individual, cultural e institucional, y fomentar en todos los estudiantes actitudes positivas hacia diferentes grupos culturales.
c) Favorecer la comunicación: Se trata de promover la interacción entre las personas para ayudar a desarrollar los conocimientos, actitudes y habilidades necesarias para integrarse y funcionar adecuadamente en la sociedad.
Por otra parte, en lo que respecta a la competencia intercultural, siguiendo a Aguado (1998, en Martínez, 2023) implica desarrollar habilidades específicas que, como docentes, necesitamos adoptar para poder enseñar en el aula y estas son:
a) Apreciación favorable hacia la diversidad cultural y un mayor entendimiento de las tradiciones y creencias ajenas.
b) Competencia en la comunicación, tanto verbal como no verbal, que facilita interacciones afectivas en escenarios donde coexisten múltiples culturas.
c) Identificar y gestionar el estrés que surge en situaciones multiculturales inciertas.
d) Habilidad para analizar la propia cultura, reconociendo su impacto en la percepción que tenemos de nosotros mismos y de los demás.
En sociedades multiculturales cada vez más complejas, es fundamental que la educación nos facilite la adquisición de competencias interculturales que nos permitan convivir con nuestras diferencias culturales, y no simplemente tolerarlas.
Los cuatro pilares de una educación de calidad, según el informe de la Comisión Mundial sobre Educación para el siglo XXI ("aprender a ser", "aprender a saber", "aprender a hacer" y "aprender a vivir juntos"), solo pueden implementarse de manera efectiva si la diversidad cultural se considera un componente central de estos principios (UNESCO, 2013). En este sentido, se reafirma la importancia de sensibilizar a la sociedad y a los responsables de la elaboración de políticas para que las competencias interculturales puedan ser una herramienta útil en la negociación de fronteras culturales mediante encuentros y experiencias culturales (UNESCO, 2017).
Finalmente, Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (2018), ofrece una guía práctica para la implementación local de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Aunque ninguno de los 17 ODS se centra únicamente en la cultura, la Agenda resultante contiene varias menciones explícitas a aspectos culturales. Es importante resaltar el siguiente objetivo:
Objetivo 4.- Garantizar una educación inclusiva equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos: el objetivo de la Meta 4.7 es asegurar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible (p.10).
VER ENLACE VÍDEO:
https://www.youtube.com/watch?v=atHTblhUocE