Comentarios sobre: "Competencias clave como tendencia de la política educativa supranacional de la Unión Europea" de Javier Valle y Jesús Manso (2013)
El nuevo “paradigma educativo” del aprendizaje por competencias ha supuesto un revulsivo metodológico en nuestras escuelas que pretende acercar los conocimientos a las realidades, aplicarlos a la práctica, y dotarlos de significado, para que sean motivantes y despierten el interés del alumnado, pero también, para que sean funcionales.
El artículo nos acerca al paradigma analizando sus orígenes, su conceptualización, interpretación y aplicación en las aulas.
Es lógico pensar que si los tiempos cambian, también debe hacerlo su sistema educativo. Es lógico, pero no fácil.
Desde la OCDE, mediante el Proyecto DeSeCo, se plantean las competencias ligadas al aprendizaje permanente; así según la Comisión de Comunidades Europeas, 2008, la creatividad y la capacidad de seguir aprendiendo e innovar, contará, incluso más, que las áreas específicas en la nueva sociedad del conocimiento.
La interconexión entre aprendizaje permanente y por competencias se dirige al desarrollo integral del individuo para que se adapte mejor al mercado laboral, pero además, para que participe de forma activa, efectiva y funcional en la sociedad en la que vive, y contribuya a su construcción, de manera que se sienta intérprete de su propio proceso de enseñanza-aprendizaje, y le encuentre sentido a sus tareas. Todos los docentes sabemos que no hay nada más motivante para los chicos y chicas que “aprender haciendo”, manipular, actuar, practicar,...La escuela magistral convierte a los discentes en oyentes pasivos que, con el paso de la andadura académica, acusan apatía y desgana en su formación, lo que deriva en fracaso y abandono escolar. Por ello, nuestra pedagogía debe tener como premisas: “saber”, “saber ser” y “saber hacer”.
Atendiendo a la definición que da la Comisión Europea, 2004 de las Competencias Clave: “Las competencias clave representan un paquete multifuncional transferibles de conocimientos, habilidades y actitudes que todos los individuos necesitan para realización y desarrollo personal, la inclusión y el empleo...”, por lo que abarca distintos ámbitos como el cognoscitivo, el instrumental y el actitudinal.Esto nos dirige a poner en práctica todas las capacidades del alumno para resolver posibles problemáticas reales, para que una vez resuelta la tarea, sea funcional y adquiera una significación social y relevante, dentro de un contexto determinado. Trasladando la teoría expuesta puedo imaginar una tarea en mi grupo de alumnos de 4º de Educación Primaria: organizar la excursión fin de curso.La diversidad de actividades y ejercicios que pueden derivar de una tarea, conforman una red interconectada que relaciona todas las áreas, de forma globalizada y plantea una metodología interdisciplinar.Ahora, además de las actuaciones personales, el trabajo cooperativo y colaborativo cobra especial importancia en las nuevas formas de enseñar y de aprender.
Según Valle y Manso, 2013: “...las competencias clave deben desplegar habilidades, destrezas, actitudes,... poniéndolas al servicio de la resolución eficaz de una situación problemática ...”,y es en este “problema-situación” dónde se debe desarrollar las dimensiones: personal, social y profesional. Y debe implicar a toda la comunidad educativa, desde las Administraciones hasta el último maestro, padre, madre, o discente.Para poder poner en juego nuevas estrategias pedagógicas de forma activa y participativa, y construir puentes directos desde las enseñanzas académicas hacia las realidades sociales y laborales de los alumnos y alumnas.
A nivel legal, es la Ley Orgánica de Educación, 2006 (LOE) la que recoge el paradigma de la educación competencial a partir de la educación permanente a lo largo de la vida, y recoge ocho competencias que no coinciden totalmente con las propuestas por la Comisión Europea, 2004. Del mismo modo, la LOMCE (Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa ), actual ley de educación en España, no modifica la forma de entender las competencias, a las que sigue denominando básicas y no claves, y liga a conocimientos, destrezas y actitudes, lo que no facilita la conexión con las realidades sociales y profesionales, y no modifica la forma de trabajar del profesorado. Los docentes llevamos años formándonos en nuevas formas de enseñar, y todavía hoy no sabemos cómo enfrentar este reto. Las competencias, planteadas desde los dos puntos de vista son trasgesoras, y conforman el cambio del sistema educativo, pero debemos afrontarlos de forma práctica, no solo en la teoría.
Esta semana me encontraba con una compañera que me decía que las competencias le ocasionaban mucha ansiedad, ya que los libros de texto venían con mucho más contenido, más actividades prácticas, más comunicación oral, más experimentación,...y no le daba tiempo a hacerlo todo... Creo que las sociedades contemporáneas necesitan profesores con predisposición a afrontar los cambios como parte de su tarea, ya que de otro modo, empeorará la equidad y calidad, aún más.
Los docentes formamos los futuros profesionales de un país que se encuentra inmerso en una crisis económica, en la que no vale el mínimo esfuerzo, sino que necesitamos personas competentes dentro de un marco europeo que lo demanda. Seguimos trabajando.