REFLEXIÓN SOBRE EL APRENDIZAJE COOPERATIVO EN EL AULA

Mi trayectoria en el aula respecto al uso del aprendizaje cooperativo ha sido por etapas y ha estado condicionada en gran medida por la evolución de mi especialidad.

En un principio con el comienzo  de mi docencia y la juventud de la especialidad de tecnología, he usado el aprendizaje cooperativo puesto que el cimiento de dicha especialidad  es el “Método de Proyectos” combinándolo unas veces sí y otras no con el no cooperativo. Se planteaba un proyecto al alumnado, por ejemplo la realización de un puente, indicándoles una serie de condiciones iniciales a cumplir, se organizaban a continuación los grupos, que solían ser heterogéneos pues muchas veces el propio alumnado era el que escogía a sus compañeros y/o compañeras de proyecto; se distribuían las tareas de cada miembro  del grupo de trabajo, se elaboraban los planos, el despiece, los materiales que se iban a utilizar, el coste, el tiempo, etc. y por último una vez ejecutados los pasos preliminares se empezaba la construcción.<las dificultades encontradas eran siempre las mismas: el alumnado consideraba su trabajo como manualidades, en muchas ocasiones había que facilitarles modelos ,la distribución de tareas no era eficaz y a menudo ocasionaba que algunos estuvieran de brazos cruzados esperando que los demás terminaran las tareas que se les habían encomendado con lo cual el orden en la clase ,por expresarlo de alguna manera, desaparecía y en algunos momentos era un caos, el alumnado con poca iniciativa se hacía más pasivo aún, escudándose en el liderazgo de otros miembros del grupo más audaces, los tiempos de ejecución no se cumplían dilatándose en el tiempo y mientras tanto yo tenía que atender en un taller a un alumnado con pocos hábitos de trabajo en grupo y que no parecían responsabilizarse ni del material ni de la peligrosidad de las herramientas y su mal uso. La ratio era elevada de 25 a 30, los recursos muy limitados y el tiempo para conseguir los objetivos marcados por la ley insuficiente. Esto ocurría cuando la tecnología disponía de tres horas de docencia en el primer ciclo de la ESO y aún no se habían incluido algunos de los contenidos actuales. Posteriormente tras la introducción de muchos más contenidos de informática y la reducción del horario de la tecnología a dos horas, las dificultades fueron en aumento, más contenidos y objetivos pero con mucho menos tiempo, además la actitud del alumnado seguía siendo en cuanto a la realización de proyectos la misma puesto que incluso se inclinaban además en mayor medida por el uso de los ordenadores que se habían introducido de manera generalizada en los centros. Muchos docentes incluida yo, por estos motivos y muchos más terminamos abandonando el método de proyectos que en el fondo es el ABP y cuya valía es indiscutible y mucho más en mi especialidad.

La conclusión es que los factores  que potencian el aprendizaje cooperativo son:

-Naturaleza de la especialidad de tecnologías.

-Produce aprendizajes significativos.

- Se produce una socialización del alumnado.

Los factores que dificultan este tipo de aprendizaje:

-Tiempo insuficiente de docencia.

-Falta de disciplina y de organización y planificación en el aula.

-Ratios muy elevadas.

-Poco sentido de la responsabilidad y de hábitos cooperativos en el alumnado.

-Desmotivación del docente.