El aprendizaje por competencias, no es que se trate exactamente de la frase de “el mismo perro distinto collar”, pero sí es cierto que un primer momento piensas que se trata de un simple cambio terminológico, un simple caso de polisemia entre términos. 

Cabe señalar que si la idea de “aprendizaje por competencias” busca como finalidad encontrar una nueva realidad educativa cuyo fin sea formar a personas competentes que sean capaces de aplicar lo aprendido en las escuelas, pues la idea es muy buena, aunque pensaba que esa había sido la finalidad de la escuela desde sus orígenes. Es más, pensaba que el aprendizaje continuo y permanente era la base de la educación de siempre, y no “del ahora” de las políticas educativas como marca la Unión Europea según marca el artículo. Y que ambos se entendían, obviamente, al servicio de la persona. Pero, insisto, esto lo entendía como una idea de siempre, y no como una realidad que han visto “necesaria ahora” en la Unión Europea.

Con respecto al párrafo donde dice “Uno de esos objetivos era promover en la ciudadanía la adquisición de las competencias necesarias para poder abordar una sociedad basada en el conocimiento (objetivo 1.2)”  ¿quiere decir esto qué anteriormente nuestra sociedad adquiría unas competencias basadas en otras cosas que no fuera el conocimiento? Vamos a ver, ni lo de ahora será tan maravilloso ni lo de antes sería tan malo. Tal vez la virtud resida en revisar y corregir hasta intentar llegar a mejorar, en lo que se pueda, nuestro sistema educativo. Y, tal vez,  sólo mediante la reflexión y la experiencia podamos llegar a mejorarlo. Pero siempre dando preferencia y teniendo muy presente a nuestros docentes que, al fin y al cabo, son ellos y no otros los encargados de trasmitir las diferentes competencias. Y dejemos los políticos para otros quehaceres.  Y una vez llegados a este punto, para dar un toque de humor, sí diría la frase “zapatero a tus zapatos”.

Si el tema del artículo era la justificación de que las competencias se caracterizan por la inclusión de conocimientos, habilidades y actitudes. Y que el adjetivo “clave” alude a desempeños que son determinantes para la adquisición de otros más complejos y que implican aprendizajes constantes y nuevas posibilidades de introducir creatividad e innovación en la resolución de problemas. Pues una vez más veo un planteamiento muy lógico, adecuado y coherente. Pero, insisto en que siempre había pensado que esa era la idea primitiva del objetivo de aprender, y el objetivo de enseñar, y el objetivo de educar.

Aunque sí me gustaría valorar muy positivamente la diferenciación que han hecho entre la comunicación en lengua extranjera y la comunicación en lengua materna. Yo, como profesora de lengua española, veo que sí se debe distinguir muy claramente estos dos bloques. Y, por supuesto darle la importancia y la individualidad que se merecen. Y siempre teniendo muy presente la realidad del alumnado y del país de origen de éste. Ya que vivimos en una sociedad en constante cambio, y a la realidad del aula me remito, muy heterogénea.

Para concluir, me gustaría decir que, en mi humilde opinión, la mejor manera de aprender es, como he dicho anteriormente, mediante la experiencia. De modo que, tal vez, deberíamos dejar de hacer tantos cambios en el sistema educativo, y centrarnos en un método, en unas competencias clave si se prefiere.  Pero hagámoslo fijo y, a partir de ahí, vamos a mejorarlo, porque todo es mejorable, pero debemos tener muy claro que no podemos mejorar algo que está en un continuo cambio. 

Amparo Estarlich